
Pogacar ha dominado desde el inicio del Tour, pero el COVID-19 está causando estragos en el equipo del corredor esloveno que busca obtener su tercer título consecutivo en la ronda gala.
El equipo UAE-Emirates perdió a otra ficha cuando George Bennett abandonó la carrera previo a la décima etapa tras dar positivo en una prueba de diagnóstico.
El neozelandés Bennett, quien tenía la misión de trabajar como escudero de Pogacar en las montañas, se sometió a una prueba el lunes — día de descanso del Tour — tras padecer síntomas del coronavirus, dijo el médico del equipo Adrian Rotunno.
“El resultado fue positivo”, dijo Rotunno. “Por lo tanto no podrá tomar la largada hoy”.
UAE-Emirates Team informó después que el polaco Rafal Majka también arrojó positivo por el virus pero podrá seguir compitiendo en el Tour.
“Rafal Majka... dio positivo esta mañana”, dijo Rotunno. “Es asintomático y el análisis de su PCR mostró que tiene un riesgo muy bajo de contagiar a otros”.
UAE-Emirates dijo que informó el caso de Majka a los médicos de la Unión Ciclista Internacional, que autorizaron que el corredor pudiera participar en la etapa.
Majka es un excelente escalador y su baja hubiera sido una dura pérdida para Pogacar con miras a dos etapas alpinas, incluyendo el final en el Alpe d’Huez el jueves.

En un nuevo documental, Farah dice que su verdadero nombre es Hussein Abdi Kahin y que fue traído de Yibuti, país en el África oriental y fronterizo con Somalia. El documental, que cuenta la historia de su ingreso ilegal al Reino Unido, fue producido por la BBC y Red Bull Studios, y lo BBC lo difundirá el miércoles.
El atleta contó que tenía 8 o 9 años de edad cuando una mujer que no conocía lo llevó al Reino Unido con un pasaporte falso que tenía su foto con el nombre Mohammed Farah, según el reporte de la BBC.
La mujer lo llevó a un apartamento en el oeste de Londres, donde se le forzó a cuidar de sus hijos, dijo Farah. No se le permitió ir a la escuela hasta que cumplió 12 años.
“No era tratado como parte de la familia”, dijo Farah en el documental. “Si quería tener comida en la boca, mi trabajo era velar por esos niños — bañarles, cocinarles, limpiarles”.

El proyecto de la Superliga fracasó en su momento de lanzamiento hace 15 mes, pero la compañía formada por los 12 clubes rebeldes — ahora encabezados por Real Madrid, Barcelona y Juventus — llevaron el caso ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en Luxemburgo.
Jueces de 15 de los 27 estados miembros de la UEFA escucharán argumentos durante dos días, con la mayoría de esos gobiernos nacionales apoyando a la UEFA.
Los clubes acusan a la UEFA de supuestamente excederse en el control de las competiciones de fútbol, lo cual quebranta la legislación europea.
La UEFA alega que es protectora del deporte en la sociedad europea al gestionar los torneos con una estructura de pirámide que asegura una competición abierta.
Es poco probable que el fallo sea emitido este año y no afectará a los equipos de la Superliga que competirán en los torneos de la UEFA desde septiembre. Diez se encuentran en la fase de grupos de la Liga de Campeones, mientras que Manchester United y Arsenal se clasificaron a la Liga Europa.
Se trata del fallo legal más anticipado desde el Caso Bosman en 1995. Ese fallo revolucionó el sistema de transferencias en el fútbol, hizo disparar los salarios de las estrellas y eventualmente aceleró la brecha entre los clubes ricos y el resto.

Djokovic nunca se acobarda por un déficit — en un juego, un set, un partido. No se arredra al tener que ponerse a buscar soluciones. Y en Wimbledon, desde hace mucho tiempo, es indomable.
Siempre constante, el astro serbio sacó a relucir su calidad para someter el bombardeo de aces y trucos de Kyrgios, imponiéndose el domingo por 4-6, 6-3, 6-4, 7-6 (3) para conquistar su séptimo título consecutivo en Wimbledon y séptimo en total.
“Es extraño. No me dio la impresión que hiciera algo impresionante”, comentó Kyrgios con un análisis que muchos no estarán de acuerdo, dado que Djokovic acumuló 31 winners y apenas ocho errores no forzados en los últimos dos sets, sin encarar situaciones de quiebre en ese lapso. “Pero es un jugador de mucho temple. Es lo que estaba pensando hace un rato. Nunca se amedrenta en los momentos importantes. Siento que eso eso es punto más fuerte: nunca se amedrenta”.
Djokovic estiró a 28 su racha de victorias en el torneo de Grand Slam en césped y elevó a 21 su cosecha de títulos en las grandes citas. Rompió el empate que mantenía con Roger Federer y quedó a uno de los 22 de Rafael Nadal por el récord histórico del tenis masculino.
Entre los hombres, Federer, con ocho, ha ganado más títulos en Wimbledon que Djokovic.

El centro del caso era un pago de 2 millones de dólares de la FIFA a Platini con autorización de Blatter en 2011 por trabajos realizados 10 años antes. El juicio se desarrolló a lo largo de 11 días en la Corte Criminal Federal suiza en Bellinzona.
“Ante todo debo decir que soy un hombre muy feliz”, dijo Blatter, de 86 años, a la prensa en la escalinata del tribunal. “Soy un hombre feliz porque también debo expresar mi agradecimiento a la corte, a esta ciudad, a la gente de la corte, por la manera como analizaron la situación y explicaron por qué nosotros dos no hicimos nada” ilegal.
El fiscal suizo Thomas Hildbrand había pedido una pena de 20 meses de libertad condicional para Blatter y Platini. Pero los dos resultaron absueltos y se les otorgó una indemnización por costos durante el juicio. Blatter recibió además una indemnización de 20.000 francos suizos (20.500 dólares) por daño moral.
Blatter y Platini asistieron serenamente a la audiencia, cada uno en su mesa con sus abogados, para escuchar el veredicto. El escaso público prorrumpió en aplausos cuando los dos hombres salían de la sala después de intercambiar algunas palabras y sonrisas irónicas.