MONTEVIDEO (AP) — El izquierdista Yamandú Orsi y el oficialista Álvaro Delgado se disputarán la presidencia de Uruguay en una segunda vuelta electoral el próximo 24 de noviembre, cuando los uruguayos deberán decidir entre el regreso de la izquierda tras cinco años de ausencia o la continuidad del oficialismo, en el poder desde 2020.
Orsi, del Frente Amplio, lideró la votación del domingo aunque sin el margen suficiente para asegurarse una victoria inmediata en primera vuelta. Delgado, candidato por el Partido Nacional, fue la segunda fuerza más votada, consiguiendo el pase al balotaje. Ambos admitieron en la noche electoral, cuando aún no se completaba el conteo preliminar y el escrutinio iba por encima del 50%, que habrá segunda ronda en noviembre.
Andrés Ojeda, el tercer aspirante por el Partido Colorado, apareció en el escenario con Delgado en una muestra de apoyo a la coalición oficialista para encarar al Frente Amplio.
“Falta poco, triunfaremos”, aseguró Orsi el domingo ante sus seguidores. “Las urnas hablaron”, apuntó su oponente Delgado, que llamó a sus colaboradores “a empezar a planificar la campaña rumbo al balotaje” desde el lunes.
El candidato del Frente Amplio apostó durante la campaña electoral por un tono renovador para devolver el poder a la histórica formación a través de una “izquierda moderna”, en tanto que Delgado se apoyó en los altos niveles de aprobación del saliente presidente Luis Lacalle Pou para abogar por la “reelección” y la continuidad de su legado.
A los 57 años y nacido en una zona rural de la región de Canelones, la segunda más poblada del país, Orsi moldeó sus ambiciones políticas en plena dictadura (1973-1985), cuando aún era adolescente.
Desde temprana edad militó en las filas del Frente Amplio y sus promesas de campaña se centraron en el impulso a las políticas medioambientales, la promoción y apoyo a los pequeños productores y el respaldo a las políticas de inclusión social, pilares que también sentaron las bases de su administración como intendente de Canelones, cargo que ocupó entre 2015 y 2024.
Heredero político del expresidente José “Pepe” Mujica (2010-2015), apuesta por una “izquierda moderna” para devolverle el poder a la coalición que estuvo al mando de Uruguay, de unos 3,5 millones de habitantes, entre 2005 y 2020. Para ello, adoptó un tono más amigable hacia el mercado que sus antecesores, abogó por el “diálogo” entre los diferentes sectores y prometió que su gobierno se basaría en la “honestidad”.
Orsi, un exprofesor de Historia, insistió además en que no planea impulsar cambios bruscos en la pequeña nación sudamericana, una de las más ricas de América Latina y con posturas políticas tradicionalmente más moderadas.
Por su parte, Delgado, veterinario de formación y abanderado del actual gobernante Partido Nacional, aspira a dar continuidad a los proyectos iniciados por el saliente presidente Luis Lacalle Pou, sobre todo, en materia económica.
Pese a que no ha logrado cosechar tanta simpatía como Lacalle Pou, la cercanía con el carismático mandatario podría darle un impulso extra para desbancar al Frente Amplio en el balotaje, para el que igualmente contará con el estratégico apoyo del Partido Colorado, un aliado histórico que terminó tercero en la votación del domingo.
Delgado cuenta con un extenso historial en la política, ya que a partir de 2000 pasó a ocupar diversos cargos en la histórica formación de centro-derecha. Cinco años después, dio el salto al Congreso, donde ocupó un asiento primero como diputado (2005-2015) y después como senador (2015-2020).
By NAYARA BATSCHKE
(AP Foto/ Natacha Pisarenko)