CIUDAD DE GUATEMALA (AP) — La ley que endurece las penas para el aborto y la prohibición del matrimonio igualitario y de incluir en la educación temas sobre la diversidad sexual aprobada por el Congreso de Guatemala generó el rechazo de un sector de la población, mientras el oficialismo designó a Ciudad de Guatemala como “Capital Pro Vida” de Iberoamérica.
Con 101 votos a favor de oficialistas y aliados, ocho en contra y 51 ausencias, el Parlamento aprobó la noche del martes la ley de Protección a la Vida y la Familia que contiene cambios en el Código Penal, entre ellos, el aumento de tres a 10 años de prisión a las mujeres que aborten.
La norma también amplía las penas a médicos y a aquellos que faciliten la interrupción del embarazo y la aumenta hasta 50 años de cárcel si se practica un aborto sin consentimiento y en consecuencia la madre muere, delito que antes tenía una condena a 12 años de prisión.
La legislación guatemalteca exceptúa como no punible el aborto terapéutico pero la nueva ley establece más requisitos para que esta excepción se aplique.
La aprobación va en camino contrario a lo que han hecho otros países en Latinoamérica como Colombia, que el mes pasado amplió el acceso al aborto cuando la Corte Constitucional votó a favor de legalizar el procedimiento hasta la semana 24 de embarazo. En septiembre, la Corte Suprema de Justicia de México dictaminó que el aborto no era un delito y que era inconstitucional castigarlo y en enero del año pasado entró en vigor en Argentina una ley que permite el aborto electivo hasta la semana 14 de embarazo y más allá en casos de violación o riesgo para la salud de la mujer. La norma fue aún más significativa porque el papa Francisco es argentino.
La abogada feminista Stephanie Rodríguez explicó que al aumentar las penas de prisión “abre la posibilidad a que estas (las mujeres) sean investigadas penalmente si se tiene la pérdida del embarazo de forma natural”.
Organizaciones y defensores de derechos humanos criticaron que la norma criminaliza a las mujeres que abortan y reduce los derechos humanos de las personas LGBTI.
MARIÚPOL, Ucrania (AP) — Un ataque sobre un hospital de maternidad en la ciudad portuaria de Mariúpol mató a tres personas, incluida una niña, según dijo el jueves el consejo municipal, mientras las fuerzas rusas intensificaban su asedio sobre ciudades ucranianas y los responsables diplomáticos de Rusia y Ucrania se reunían por primera vez desde que comenzó la guerra.
El ataque del miércoles hirió a 17 personas, entre mujeres que esperaban a dar a luz y médicos y niños sepultados bajo los escombros. También cayeron bombas sobre dos hospitales en otra ciudad al oeste de Kiev.
La Organización Mundial de la Salud dijo haber confirmado 18 ataques a instalaciones médicas desde el inicio de la invasión rusa hace dos semanas.
Mientras comenzaba la tercera semana de guerra, autoridades occidentales dijeron que las fuerzas rusas habían hecho pocos avances en los últimos días, aunque han aumentado el bombardeo sobre Mariúpol y otras ciudades, atrapando a miles de personas en urbes donde escasean el agua y la comida.
Los cese el fuego temporales para evacuar civiles se han desbaratado a menudo, y Ucrania acusó a Rusia de continuar sus bombardeos. Pero el presidente, Volodymr Zelensky, dijo que 35.000 personas habían logrado salir el miércoles de varias localidades asediadas.
El consejo municipal de Mariúpol compartió un video el jueves que mostraba autobuses avanzando por una autopista e indicó que un convoy con alimentos y medicamentos estaba de camino, pese a varios días de intentos frustrados de llegar a la ciudad.
Las imágenes de la ciudad, donde han muerto cientos de personas y algunas víctimas fueron enterradas en una fosa común, han provocado condenas de todo el mundo. Gran Betaña tachó de crimen de guerra el ataque a un hospital infantil. Otros dos hospitales fueron atacados en Zhitómir, una ciudad al oeste de Kiev, según dijo en Facebook el alcalde, Serhii Sukhomlyn. No hubo heridos, señaló.
LEÓPOLIS, Ucrania (AP) — El miércoles había en marcha nuevos esfuerzos para evacuar a civiles de ciudades ucranianas asediadas y bombardeadas, mientras las autoridades intentaban rescatar a la gente de circunstancias cada vez más duras. Hace días que los bombardeos han aislado en gran parte a los residentes del puerto sureño de Mariúpol y les han obligado a forrajear comida y agua.
Las autoridades anunciaron otro cese el fuego durante el día en varias rutas de evacuación desde Sumy; Mariúpol; Energodar, en el sur; Volnovaja, en el sureste; Izium, en el este, y varias poblaciones en la región de Kiev, la capital.
Intentos anteriores de establecer rutas de evacuación seguras para salir de zonas urbanas han fracasado debido a ataques de fuerzas rusas, y había pocos detalles sobre las operaciones del miércoles. Pero en la capital sonaron varias veces las sirenas antiáereas y se oyeron explosiones, lo que aumentó la tensión en la conmocionada ciudad.
La ciudad de Mariúpol, donde casi la mitad de sus 430.000 habitantes quiere marcharse, lleva días rodeada por soldados rusos. Hay cadáveres tendidos en las calles de la ciudad y los hambrientos irrumpen en las tiendas en busca de comida y derriten la nieve para obtener agua. Miles de personas se apiñan en los sótanos, temblando por el estruendo de los proyectiles rusos que asedian esta estratégica ciudad en el Mar de Azov.
“¿Por qué no debería llorar?” preguntó Goma Janna mientras se lamentaba bajo tierra a la luz de una lámpara de aceite, rodeada de mujeres y niños. “Quiero mi casa, quiero mi trabajo. Estoy muy triste por la gente y por la ciudad, por los niños”.
Se cree que miles de personas han muerto en todo el país, tanto civiles como soldados, desde que las fuerzas del presidente, Vladimir Putin, comenzaron la invasión. Más de dos millones de personas han huido de Ucrania desde el inicio de la ofensiva, según Naciones Unidas, en el éxodo más rápido en Europa desde la II Guerra Mundial.
Es probable que la crisis vaya a peor conforme las fuerzas rusas aumentan su bombardeo de ciudades en todo el país en respuesta a una resistencia mayor de lo esperado de las fuerzas ucranianas. Las dificultades rusas han “superado por mucho” lo que esperaban Putin y sus generales, según dijo el martes el director de la CIA, William Burns.
La invasión rusa culmina su segunda semana mientras continúan los esfuerzos para coordinar rutas de escape para los civiles ucranianos en ciudades asediadas.
Desde que las fuerzas rusas entraron en el país, unos dos millones de personas han huido de Ucrania, casi la mitad de ellos niños. La mayoría de los refugiados han viajado a la vecina Polonia. Las tropas rusas han tomado extensiones de territorio en el sur, pero han encontrado una fuerte resistencia ucraniana en otras regiones.
Las autoridades ucranianas dijeron que mujeres embarazadas, mujeres con hijos y otras personas podrían abandonar el miércoles la ciudad de Sumy a través de un corredor humanitario acordado por Rusia y Ucrania. Unos 5.000 civiles, incluidos muchos estudiantes extranjeros, pudieron huir de la ciudad el martes en autobuses marcados con el logotipo de Cruz Roja.
La desesperación va en aumento en ciudades sin electricidad y donde escasean la comida y los medicamentos. En el puerto de Mariúpol, que lleva días sin agua, calefacción, servicios de limpieza y teléfono durante días, se veían cuerpos sin recoger en las calles.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, prometió que su país combatiría la invasión rusa en sus ciudades, campos y ríos.
¿SE ESTÁ EVACUANDO A LOS CIVILES CON SEGURIDAD?
Estaba previsto que el miércoles se hicieran evacuaciones civiles durante 12 horas el miércoles de la localidad nororiental de Sumy a la ciudad de Poltava. Casi dos docenas de autobuses llevarían ayuda a la ciudad y recogerían a personas que quisieran marcharse, según las autoridades.
El martes fueron evacuadas de Sumy 5.000 personas, incluidos 1.700 estudiantes extranjeros, según una funcionaria ucraniana de alto rango.
Las delegaciones de Rusia y Ucrania reanudaron conversaciones el lunes después de intentos fallidos para iniciar la evacuación de civiles de ciudades sitiadas de Ucrania, incluyendo el puerto de Mariúpol.
Luego de que los dos primeros intentos fracasaron el fin de semana, Rusia anunció otro cese del fuego limitado que permitiría la salida de los desesperados civiles de ciudades sitiadas a través de corredores humanitarios, aunque el lunes por la noche no había noticias de que los bombardeos hubieran cesado.
En tanto, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy exhortó a su pueblo a seguir resistiendo el ataque que, según las Naciones Unidas, ha obligado a más de 1,7 millones de personas a huir de Ucrania. El mandatario también pidió un boicot total de todos los productos rusos, incluyendo el petróleo.
A continuación, un vistazo a aspectos clave del conflicto:
¿HA HABIDO PROGRESO EN LAS EVACUACIONES SEGURAS?
Después de que fracasaran los intentos del fin de semana por establecer corredores para la evacuación de civiles en medio de incesantes bombardeos de los que cada país culpa al otro, el Ministerio de Defensa ruso indicó el lunes que se permitirá la salida de civiles de Mariúpol, Sumy y Kiev, la capital del país. Moscú propuso rutas de evacuación que conducirían principalmente hacia Rusia y a su aliado, Bielorrusia, algo que Ucrania rechazó.
Posteriormente, el embajador ruso ante las Naciones Unidas, Vassily Nebenzia, dijo al Consejo de Seguridad que su país llevaría a cabo un cese del fuego el martes en la mañana y crearía corredores humanitarios para salir de Kiev, Mariúpol, Sumy y Chernígov. Zelenskyy expresó escepticismo, señalando que en lugar de acuerdos sobre corredores humanitarios, lo que Ucrania obtuvo el lunes fueron “tanques rusos, cohetes Grad rusos, minas rusas”.
Ambas partes sostuvieron una tercera ronda de negociaciones el lunes, y el máximo negociador ruso, Vladimir Medinsky, dijo posteriormente que no hubo avances en torno a un acuerdo político que ponga fin a la guerra. Los ministros del Exterior de ambas naciones tienen programado reunirse el jueves en Turquía, según el máximo diplomático de ese país.