
El nombre de Cardin quedó grabado en una gran cantidad de productos, desde relojes de pulsera hasta sábanas, haciendo que su marca sea una de las más famosas del mundo. En el apogeo de la marca, en las décadas de 1970 y 1980, sus productos se vendieron en unos 100.000 puntos de venta en todo el mundo, aunque ese número disminuyó drásticamente en las décadas posteriores.
Un hombre de negocios inteligente, Cardin usó su fabulosa riqueza para conseguir propiedades de primera clase en París, incluyendo el restaurante de la Belle Epoque Maxim’s. Fue incorporado a la Academia de Bellas Artes en 1992.
La Academia anunció su muerte en un tuit el martes.