- Detalles
- Operador 3
- Noticias E.E.U.U
- 1615
WASHINGTON (AP) — El secretario de Defensa Mark Esper despidió el domingo al titular de la Marina por supuestamente ocultarle a Esper un acuerdo que propuso a la Casa Blanca para resolver el asunto de un integrante del cuerpo de élite SEAL cuyo caso ha defendido el presidente Donald Trump.
A solicitud de Esper, el secretario Richard Spencer presentó su renuncia el domingo, informó Jonathan Hoffman, el principal portavoz del Pentágono.
En una serie de tuits por la noche, Trump dijo que no le agradaba la forma en que la Armada había manejado el caso del primer contramaestre Edward Gallagher.
“Asimismo, amplios sobrecostos de los procedimientos de contratación del gobierno anterior no fueron atendidos en la forma en que yo quería”, agregó el mandatario, sin dar detalles.
“Por lo tanto, el secretario de Defensa Mark Esper puso fin a los servicios del secretario de la Armada Richard Spencer”, señaló.
Esper indicó que recomendó a la Casa Blanca que Trump nomine al actual embajador de Estados Unidos en Noruega, Kenneth Braithwaite _contraalmirante retirado de la Marina_ para que ocupe el lugar de Spencer.
En un tuit posterior, Trump dijo que nominará a Braithwaite, de quien dijo es “un hombre de grandes logros y éxito”.
El despido representa un giro drástico en la cambiante polémica con enormes implicaciones políticas en torno a Gallagher. El miércoles, la Marina le notificó que enfrentaría a una junta de revisión del cuerpo SEAL para determinar si se le permitiría permanecer en la unidad de élite.
Gallagher fue absuelto de un cargo de homicidio por el asesinato a puñaladas de un integrante cautivo del grupo Estado Islámico, pero un jurado militar lo condenó por posar para una fotografía junto al cadáver mientras estaba emplazado en Irak en 2017. Se le degradó de primer contramaestre a contramaestre de primera clase. Trump le restauró el cargo a Gallagher este mes.
- Detalles
- Operador 3
- Noticias E.E.U.U
- 1552
BEIJING (AP) — Beijing quiere trabajar para cerrar un acuerdo comercial con Estados Unidos pero no tiene miedo de “defenderse”, dijo el presidente de China, Xi Jinping, el viernes.
Reforzando el tono optimista adoptado en los últimos días, Xi dijo a una delegación comercial estadounidense que su país tiene una “actitud positiva” hacia las conversaciones.
“Como siempre hemos dicho, no queremos comenzar la guerra comercial, pero no tenemos miedo”, señaló Xi. “Cuando sea necesario nos defenderemos, pero hemos estado trabajando activamente para tratar de no tener una guerra comercial”.
“Queremos trabajar para un acuerdo de Fase 1 sobre la base del respeto mutuo y la igualdad”, agregó Xi ante el grupo.
En la delegación del Foro Nueva Economía de Bloomberg, que se celebró esta semana en Beijing, estaban el ex secretario de Estado Henry Kissinger, el ex secretario del Tesoro Hank Paulson y el ex Representante Comercial de Estados Unidos Mike Froman, entre otros dignatarios.
Durante la reunión en el ornamentado Gran Salón del Pueblo en Beijing, Xi reiteró la postura china de que un acuerdo requiere “respeto mutuo e igualdad”.
The Wall Street Journal reportó el jueves que el principal negociador chino, el viceprimer ministro Liu He, invitó a sus homólogos estadounidenses a Beijing para una nueva ronda de diálogo, sugiriendo posibles avances.
El último episodio en las tensiones comerciales entre las dos mayores economías del mundo estalló el año pasado luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impuso aranceles adicionales a importaciones chinas valoradas en miles de millones de dólares. La medida buscaba aumentar la presión para que Beijing cambiara su política comercial y de inversiones.
China respondió subiendo sus aranceles. Tras alzas graduales y la suspensión del diálogo antes este año, las dos partes están trabajando para cerrar lo que dicen será un acuerdo preliminar que allane el camino a abordar asuntos más complejos.
Sin embargo, las perspectivas de cerrar un acuerdo de “Fase 2” son inciertas. China explicó que quiere que Estados Unidos se comprometa a reducir gradualmente los aranceles vigentes. Pero no está claro que Washington esté dispuesto a ello.
- Detalles
- Operador 3
- Noticias E.E.U.U
- 1584
ATLANTA (AP) — Los aspirantes a la candidatura demócrata a la presidencia chocaron el miércoles en un debate centrado en el futuro de la sanidad en Estados Unidos, la desigualdad racial y su capacidad de formar una coalición ganadora que derrote al actual presidente, Donald Trump, en las elecciones del año que viene.
El duelo llegó tras horas de declaraciones en la pesquisa de juicio político a Trump, y en un momento clave en las primarias demócratas para elegir a su rival de 2020. Quedan menos de tres meses para las primeras votaciones y aún hay grandes interrogantes en torno a los favoritos, mientras se acaba el tiempo para que los candidatos minoritarios den el salto o nuevos demócratas lancen improbables campañas de última hora.
Pero en medio del caos, los aspirantes a la Casa Blanca se ven a menudo sobre terreno familiar, en concreto en la cuestión de si el partido debe adoptar una estrategia general de “Medicare para todos” o hacer cambios más discretos al sistema sanitario actual.
Los senadores Elizabeth Warren, de Massachusetts, y Bernie Sanders, de Vermont, los más progresistas de los aspirantes, defendieron con firmeza una cobertura sanitaria para todos que eliminaría el modelo actual de seguros privados a favor de un sistema estatal.
“El pueblo estadounidense entiende que el sistema sanitario actual no solo es cruel, es disfuncional”, dijo Sanders.
El ex vicepresidente Joe Biden replicó que mucha gente estaba contenta con el seguro privado que recibía a través de sus empleos, mientras que Pete Buttigieg, alcalde de South Bend, Indiana, se quejó de que otros aspirantes intentaban tomar el “paso divisivo” de obligar a la gente a adoptar un modelo de sanidad universal “tanto si quieren como si no”.
Los demócratas tuvieron éxito el año pasado con una campaña basada en la sanidad y recuperaron el control de la Cámara de Representantes con el mensaje de que los republicanos estaban recortando las prestaciones sanitarias existentes. Pero los miembros moderados del partido temen que “Medicare para todos” sea más complicado y no suponga los mismos beneficios políticos. Especialmente después de que los demócratas ganaran este mes elecciones en Kentucky y Virginia sin apostar por ese sistema.
WASHINGTON (AP) — El principal diplomático del presidente Donald Trump para Europa fue enviado con un “encargo político interno”: conseguir que se investigara a demócratas, afirmó el jueves una exfuncionaria de la Casa Blanca, en un sorprendente testimonio que desarma uno de los argumentos de defensa del mandatario dentro del proceso para juicio político.
Fiona Hill también pidió a los legisladores republicanos —e implícitamente a Trump— que dejen de propagar una “narrativa de ficción” dentro de la investigación de juicio político. Hill señaló que las insinuaciones infundadas de que Ucrania se entrometió en las elecciones de 2016 refuerzan a Rusia en sus intentos para sembrar la división política en Estados Unidos.
Los testimonios de Hill y David Holmes, asesor del Departamento de Estado en Kiev, culminaron una semana intensa en la histórica pesquisa y reforzaron el argumento central de que Trump aprovechó su posición para presionar a Ucrania, una joven democracia en Europa oriental agredida por Rusia, para que efectuara investigaciones con tintes políticos, activando alarmas en todo el aparato de seguridad nacional y política exterior de Estados Unidos.
Cuando trabajó en la Casa Blanca, Hill conoció de primera mano algunas intenciones de Trump relacionadas con Ucrania. Hill testificó en detalle sobre sus interacciones con Gordon Sondland y señaló haber creído inicialmente que el embajador de Estados Unidos ante la Unión Europea magnificaba su autoridad para obligar a Ucrania a investigar a demócratas. Pero asegura que ahora entiende que Sondland actuaba por instrucciones de Trump y que se las transmitía Rudy Giuliani, el abogado personal del presidente.
“Él estaba involucrado en un encargo político interno y nosotros en un asunto de política exterior y seguridad nacional”, declaró Hill durante su comparecencia ante los legisladores. “Y ambas cosas se bifurcaron”.
WASHINGTON (AP) — Los legisladores que encabezan el proceso de juicio político del presidente Donald Trump en la Cámara de Representantes escucharán el jueves a dos testigos clave que se alarmaron por la forma en que el mandatario y otros en su órbita conducían la política exterior en Ucrania, culminando una intensa semana en esta histórica investigación.
David Holmes, consejero político de la embajada de Estados Unidos en Kiev, ha dicho que estaba almorzando con el embajador estadounidense para la Unión Europea, Gordon Sondland, este verano cuando escuchó a Trump por teléfono preguntarle al Sondland sobre las investigaciones que quería del presidente de Ucrania. El colorido intercambio no se parecía a nada que hubiera visto nunca, dijo Holmes en una declaración previa a puerta cerrada.
Fiona Hill dijo que su jefe en el Consejo de Seguridad Nacional, John Bolton, interrumpió una reunión con ucranianos que visitaban la Casa Blanca cuando Sondland comenzó a preguntarles sobre “investigaciones”.
Los dos testigos que comparecerán el jueves son los últimos programados de las audiencias públicas donde funcionarios actuales y anteriores han desafiado las órdenes de Trump de no declarar sobre el tema Ucrania.
La investigación se centra en las acusaciones de que Trump buscó que Kiev indagara a rivales demócratas, entre ellos el exvicepresidente Joe Biden y su hijo Hunter, a cambio de recibir ayuda militar estadounidense.