SANTIAGO (AP) — Hace 33 días se desató en Chile un estallido social, el peor en su historia reciente, que derivó en protestas multitudinarias. La mayoría de los manifestantes son pacíficos, pero también hay enmascarados que protestan con violencia y poco a poco han aumentado hasta transformarse en un virtual ejército de vándalos que destroza todo a su paso.
Los saqueos y daños incluso afectaron a un par de iglesias católicas en la capital chilena y a la catedral metropolitana. Como muchos comercios, bancos, edificios institucionales, de consultas médicas y de tiendas por departamento, han blindado sus puertas y ventanales con madera y metal.
Los desmanes no han frenado las protestas que se suceden casi a diario ni los anuncios del presidente centroderechista Sebastián Piñera, que ha ofrecido leves mejoras sociales y un histórico acuerdo de todos los partidos políticos --excepto los comunistas-- para convocar en abril próximo a un plebiscito que preguntará a los chilenos si quieren una nueva Constitución y quiénes tendrían que escribirla.
Aquí un vistazo a lo que ocurre en el país sudamericano.
¿QUIÉNES PARTICIPAN EN LAS PROTESTAS?
En la primera semana de marchas pacíficas participaron centenares de miles, hasta reunirse 1,2 millones de personas sólo en una céntrica plaza de Santiago, punto de reunión diario en la capital. Los manifestantes son de todas las edades. Hay estudiantes, profesionales, padres con sus hijos, ancianos --la mayoría jubilados-- obreros y empleados.
Los manifestantes llevan pancartas de todo tipo con sus demandas. Además portan banderas nacionales, negras y mapuches, la mayor etnia originaria que habitaba Chile y que resistió 300 años a los conquistadores españoles.
ISLAMABAD (AP) — El Talibán dijo haber liberado el martes a un estadounidense y un australiano que llevaban retenidos desde 2016, a cambio de tres destacados talibanes que fueron puestos en libertad por el gobierno afgano y enviados en avión a Qatar el día anterior.
Los rehenes, el estadounidense Kevin King y el australiano Timothy Weeks, fueron liberados en la provincia sureña de Zabul, en el distrito de Now Bahar, una región mayormente bajo control talibán, según un miembro de la milicia que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a dar su nombre.
Los dos rehenes, profesores de la Universidad Americana de Kabul, fueron entregados a fuerzas estadounidenses y trasladados desde la zona en un helicóptero estadounidense.
La entrega llegó horas después de que el gobierno afgano liberase a tres prisioneros talibanes y los enviara a Qatar. Entre ellos estaba Anas Haqqani, hermano menor del número dos del Talibán, Sirajuddin Haqqani, que también lidera la temible red Haqqani.
Al parecer, los insurgentes se habían negado a entregar a los dos profesores hasta recibir pruebas de que sus hombres habían llegado a Qatar.
La Universidad Americana de Afganistán confirmó la liberación, indicando en un comunicado que su “comunidad comparte el alivio de las familias de Kevin y Timothy, y estamos deseando proporcionar todo el apoyo que podamos a Kevin y Tim y sus familias”.
El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, anunció hace una semana la “liberación condicional” de los tres talibanes, indicando en una rueda de prensa emitida en vivo por televisión que había sido una decisión muy difícil que sentía debía tomar en interés del pueblo afgano.
King y Weeks fueron secuestrados en 2016 ante la universidad donde trabajaban.
El intercambio pretendía facilitar un reinicio de las conversaciones para poner fin a los 18 años de guerra en Afganistán y preparar la futura retirada de las tropas estadounidenses en el país.
Estados Unidos estuvo cerca de un acuerdo con el Talibán en septiembre, pero una nueva oleada de violencia en la capital afgana, en la que murió un soldado estadounidenses, frenó en seco las negociaciones y un acuerdo inminente.
LA PAZ, Bolivia (AP) — En pleno pico de la crisis social y política que golpea a Bolivia, el gobierno de la autoproclamada presidenta interina Jeanine Áñez y grupos movilizados afines al expresidente Evo Morales buscaban abrir negociaciones con el apoyo de la ONU, tras dos jornadas de protestas violentas.
El enviado de las Naciones Unidas, Jean Arnault, convocó a una “mesa de diálogo” a dirigentes y legisladores del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales, con apoyo de los obispos católicos, dijo el domingo el ministro de la Presidencia, Jerjes Justiniano.
La muerte de nueve cocaleros seguidores del expresidente Morales a manos de las fuerzas de seguridad ha puesto en entredicho el llamado a la paz de la presidenta interina Áñez, quien ha dicho que la pacificación del país y la convocatoria a nuevas elecciones en tres meses son su prioridad.
Tras las muertes, los cocaleros han dado un ultimátum a Áñez para que renuncie y repliegue a las fuerzas de seguridad que les impiden ingresar a la ciudad de Cochabamba en el centro del país. El viernes intentaron romper el cerco y se desencadenó la refriega en la jornada más violenta desde que iniciaron la protestas tras elecciones del 20 de octubre.
Las negociaciones son con grupos movilizados y con legisladores del MAS, dijo Justiniano. La bancada “masista” que controla casi dos tercios del voto legislativo se autoconvocó a una sesión el martes para exigir el repliegue de los militares, según Sergio Choque, presidente de los diputados.
En el bando gubernamental, hay el temor de que los “masistas” rechacen la renuncia de Morales a la presidencia del país, con lo cual el mandatario quedaría habilitado para regresar desde su exilio en México.
“Buscan entorpecer la gestión transitoria. Si no se avienen a un acuerdo, la presidenta Áñez podría convocar a elecciones por decreto”, dijo el diputado oficialista Gonzalo Barrientos. Las elecciones deben ser convocadas por ley, lo que hace imprescindible el apoyo del MAS. Pero los oficialistas dicen que hay jurisprudencia a su favor.
LA PAZ (AP) — Los bloqueos de partidarios del expresidente Evo Morales en las afueras de las principales ciudades de Bolivia ocasionaban escasez de gasolina y alimentos el lunes, lo que está presionando al gobierno interino en su intento por abrir un diálogo para poner fin a cuatro semanas de convulsión social y política tras las polémicas elecciones en la nación andina.
Los principales mercados y puestos de alimentos lucían cerrados en La Paz, y ello comienza a preocupar a los comerciantes y consumidores. En tanto, las autoridades enfrentaban problemas para reabastecer de gasolina a la ciudad debido a los bloqueos carreteros.
“Esto es demasiado, Evo nos ha dejado. ¿Dónde está? Él ya debería pedir que esto se pacifique. Yo ya no tengo para pagar mi alquiler. ¿De qué voy a vivir?”, se quejó Ana Gonzáles, una vendedora de verduras, que cerró su puesto callejero porque ya no tenía qué ofrecer.
La Paz es la principal afectada por el desabastecimiento desde hace cuatro días, cuando se recrudecieron los enfrentamientos entre los seguidores de Morales y las fuerzas de seguridad. La escasez también golpea a la ciudad oriental de Santa Cruz, considerada el motor agroindustrial del país.
El ministro de Hidrocarburos, Víctor Hugo Zamora, dijo a la televisora ATB que estaban tratando de reabastecer a la ciudad de La Paz con un convoy, pero que se les está complicando por el bloqueo y unas zanjas que abrieron los manifestantes en la ruta.
“Estamos intentando llevar un convoy de gasolina y gas”, aseguró, y señaló que no pueden acordar un diálogo con los manifestantes porque, según él, ellos no plantean una exigencia clara.
La planta del energético en la vecina ciudad de La Paz estaba rodeada de lugareños que han levantado barricadas para exigir el retorno de Morales, quien se encuentra asilado en México, y presionar para que renuncie la autoproclamada presidenta interina Jeanine Áñez.
HONG KONG (AP) — La policía hongkonesa utilizó el lunes gas lacrimógeno y balas de goma para combatir a los manifestantes que intentaban romper un cordón policial que atrapaba a cientos de activistas en un campus universitario.
Los manifestantes avanzaron hacia la policía desde fuera del perímetro mientras otros salían del campus, enarbolando sus emblemáticos paraguas. En algunos lugares, la policía intervino para reducir a manifestantes y hacer detenciones.
No estaba claro si alguno de los manifestantes que estaban en la Universidad Politécnica de Hong Kong había logrado escapar.
La semana laboral en Hong Kong comenzó con varias protestas que interrumpieron el tráfico y escuelas cerradas por motivos de seguridad. Por un momento hubo un receso en la enconada batalla por el control del campus de la Politécnica, cuando la policía pasó de emplear gas lacrimógeno y cañones de agua contra los activistas a esperar a que salieran.
Los inconformes pasaron días fortificando el complejo universitario para impedir el acceso de la policía. El lunes, arrinconados por las autoridades, intentaban salir.
La policía rechazó un intento de salida por la mañana con gas lacrimógeno, empujando a cientos de manifestantes de vuelta al campus.
Es un patrón que se ha repetido en los meses de protestas contra el gobierno en la ciudad. Los manifestantes quieren evitar ser detenidos. La policía quiere arrestar al mayor número posible.
“Estos alborotadores también son delincuentes. Tienen que afrontar las consecuencias de sus actos”, afirmó Cheuk Hau-yip, comandante del distrito de Kowloon Oeste, donde se encuentra la universidad.
“Aparte de salir para rendirse, no veo en este momento que haya ninguna opción viable para ellos”, dijo.