WASHINGTON (AP) — Las fuerzas gubernamentales de Afganistán están colapsando más rápido de lo que pensaban posible los líderes militares de Estados Unidos hace unos meses, cuando el presidente Joe Biden ordenó el retiro total de sus tropas. Sin embargo, hay poco interés en la Casa Blanca, el Pentágono y entre el público estadounidense de intentar frenar la derrota y probablemente ya sea demasiado tarde para hacerlo.
Biden ha dejado claro que no tiene intención de cambiar la decisión que tomó a principios de año, incluso cuando el resultado parece indicar que el Talibán se apoderará del país. Ahora que la mayoría de las tropas estadounidenses se han retirado y el Talibán gana terreno, los líderes militares de Estados Unidos no han presionado al mandatario para revertir su decisión. Saben que la única opción real sería que el presidente reiniciara un conflicto armado que ya decidió terminar.
El Talibán, que gobernó al país desde 1996 hasta que las tropas estadounidenses invadieron Afganistán tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, tomaron otras tres capitales provinciales el miércoles, dándoles control de dos terceras partes del país. Los insurgentes no cuentan con capacidad aérea y son superados en número por las fuerzas de seguridad entrenadas por Estados Unidos, pero se han apoderado del territorio a una velocidad asombrosa.
John Kirby, principal portavoz del Pentágono, dijo que los afganos aún tienen tiempo de evitarse una derrota final.
“Ningún resultado posible tiene que ser inevitable, incluyendo la caída de Kabul”, dijo Kirby a los reporteros. “No tiene por qué ser así. Realmente depende del tipo de liderazgo político y militar que puedan reunir los afganos para revertir esto”.
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WASHINGTON (AP) — Con una amplia mayoría después de varias semanas de negociaciones, el Senado aprobó el martes un plan de 1 billón de dólares para infraestructura de costa a costa del país, un triunfo vital en la agenda del presidente Joe Biden gracias a una inusual unión entre demócratas y republicanos que superó a los escépticos.
“Hoy, demostramos que la democracia aún puede funcionar”, declaró Biden en la Casa Blanca. El mandatario subrayó que la votación de 69-30 incluyó también el “sí” del líder republicano del Senado, Mitch McConnell.
“Aún podemos unirnos para hacer cosas grandes, cosas importantes, para el pueblo estadounidense”, añadió Biden.
La abrumadora ventaja generó un nuevo impulso para la primera etapa del plan prioritario de Biden “Reconstruyamos Mejor”, que ahora se dirige a la Cámara de Representantes. Un gran número de legisladores demostró estar dispuesto a dejar de lado las presiones partidistas, al menos de momento, a cambio de enviar miles de millones de dólares a sus estados para la reconstrucción de caminos, internet de banda ancha, tuberías de agua y obras públicas que apuntalan la vida en el país.
La votación también abre la puerta para una disputa mucho más agitada en torno al paquete de 3,5 billones de dólares que se debatirá próximamente en el Senado, una iniciativa mucho más liberal que incluye cuidados infantiles, atención geriátrica y otros programas que son mucho más partidistas y que se prevé que reciban únicamente apoyo demócrata. Se presume que dicho debate se prolongará hasta el otoño.
Como los republicanos están unidos en contra del próximo gran paquete, muchos de ellos aceptaron la iniciativa actual de la Casa Blanca porque también querían demostrar que pueden entregar resultados y que el gobierno puede funcionar.
WASHINGTON (AP) — Todos los miembros de las fuerzas armadas estadounidenses deberán estar vacunados contra el COVID-19 a partir del próximo mes, de acuerdo con el plan presentado por el Pentágono el lunes y respaldado por el presidente Joe Biden. En memos distribuidos a todas las tropas, los altos mandos del Pentágono aseguran que la vacuna es un paso necesario para mantener la presteza militar.
El secretario de Defensa, Lloyd Austin, señaló que el plazo de mediados de septiembre podría adelantarse en caso de que la vacuna reciba la aprobación final de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) o si las tasas de infección continúan en aumento.
“Buscaré la aprobación del presidente para que las vacunas sean obligatorias a más tardar a mediados de septiembre, o inmediatamente después” de que la FDA otorgue la licencia, “lo que ocurra primero”, dijo Austin en el memorando a las tropas, pidiéndoles prepararse para el requisito.
El plan da tiempo para que la FDA dé la aprobación final a la vacuna de Pfizer, lo que se espera ocurra a principios del próximo mes. Sin una aprobación formal, Austin necesitará de una exención de Biden para que la vacuna sea obligatoria, aunque el mandatario ya ha dejado en claro que está a favor del plan.
La decisión de Austin refleja medidas similares implementadas por gobiernos y compañías privadas en otras partes del mundo en momentos en que los países lidian con la altamente contagiosa variante delta, la cual ha impulsado un repunte de hospitalizaciones y decesos en Estados Unidos a niveles que no se habían registrado desde el invierno pasado.
WASHINGTON (AP) — Altos funcionarios del gobierno del presidente Joe Biden se encontraban el martes en México para sostener conversaciones sobre la migración ilegal a Estados Unidos, según la Casa Blanca.
El asesor de seguridad nacional Jake Sullivan y el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, dirigen la delegación que se reunirá con funcionarios del gobierno mexicano para conversar sobre el trabajo conjunto para disminuir los cruces en la frontera sur de Estados Unidos. Los funcionarios también discutirán otros temas económicos y de seguridad, así como la respuesta al COVID-19.
En la víspera, la vicepresidenta Kamala Harris, designada por Biden para dirigir los esfuerzos del gobierno para contener las “causas de raíz” de la migración de Centroamérica, habló con el presidente Andrés Manuel López Obrador para reiterar que abordar el tema era una “prioridad” del gobierno.
Las autoridades fronterizas de Estados Unidos reportaron en junio grandes cantidades de arribos a la frontera mexicana, con aumentos significativos de personas que llegaban en familia y menores no acompañados. La tendencia al parecer continuó en julio, a pesar de las abrasadoras temperaturas que con frecuencia desalientan a la gente a hacer el viaje.
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PHOENIX (AP) — Conforme la variante delta desata un incremento de casos de COVID-19 en Estados Unidos, algunos críticos del presidente Joe Biden atribuyen dicho aumento a sus políticas fronterizas, las cuales permiten que algunos inmigrantes entren al país para solicitar asilo.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, acusó la semana pasada a Biden de “ayudar a facilitar” la propagación del coronavirus. Sean Hannity, presentador de Fox News, dijo que los inmigrantes eran los responsables de causar “el mayor evento de propagación masiva”, y aseguró erróneamente que ninguno de ellos era sometido a pruebas diagnósticas.
Sin embargo, expertos en salud pública señalan que los inmigrantes que llegan al país no están elevando las tasas de infección en Estados Unidos. Los principales responsables son aquellos que se niegan a vacunarse. Además, en general a los inmigrantes a los que se les permite ingresar se les realizan análisis diagnósticos y se les asignan habitaciones de hotel para que se pongan en cuarentena en caso de dar positivo, aunque las autoridades federales no han divulgado datos de esos casos.
¿QUÉ SUCEDE CUANDO SE DETIENE A LOS INMIGRANTES EN LA FRONTERA?
Es variable. La mayoría de los adultos solos son expulsados de inmediato, mientras que a los niños sin compañía de un adulto y a algunas familias se les permite ingresar para presentar solicitudes de asilo. Esta práctica se apega al uso continuo del Título 42, una regla de salud pública implementada por el gobierno del presidente Donald Trump cuando comenzó la pandemia y que el gobierno de Biden ha mantenido.
En junio, el mes más reciente con datos disponibles, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus iniciales en inglés) detuvo a adultos solos en 117.602 ocasiones, lo que resultó en 96.704 expulsiones, o el 82% del total. En ese mes se detuvo a familias en 55.805 ocasiones, resultando en 8.070 expulsiones, o el 15%.