SAN DIEGO (AP) — El gobierno de Joe Biden acordó permitir que unas 250 personas crucen cada día los pasos fronterizos con México para solicitar asilo en Estados Unidos, como parte de las negociaciones para resolver una demanda sobre una política relacionada con la pandemia del coronavirus que niega a los migrantes el derecho a pedir protección, dijo un abogado el lunes.
El ejecutivo dijo también que dejará de llevar a familias migrantes desde el Rio Grande Valley, en Texas, a El Paso, también en Texas, y San Diego en avión para expulsarlas desde allí en base a la política migratoria, afirmó Lee Gelernt, abogado de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés), que presentó una demanda en una corte federal en Washington, D.C. El gobierno se ha reservado el derecho a reanudar los vuelos “si considera que las circunstancias los justifican”.
Las concesiones gubernamentales reformularían drásticamente la política conocida como “Título 42”, llamada así por una sección de una oscura ley de 1944 que el expresidente Donald Trump usó para permitir que los Centros de Control y Prevención de Enfermedades terminaran de facto con el asilo en la frontera mientras trataban de atajar la propagación del coronavirus.
Biden emitió del “Título 42” a los menores no acompañados, pero se mantiene en vigor para adultos solteros y para muchas familias. Ha sido criticado por los progresistas por dejar el asilo fuera del alcance de muchos y por alentar a algunos padres a mandar a sus hijos al otro lado de la frontera. Los críticos partidarios de la aplicación de la ley señalan que eximir a los menores que viajan solos provocó un récord de cruces y que el final de las restricciones tendrá un efecto llamada.
La directora de la principal agencia de salud de Estados Unidos defendió el domingo la decisión de flexibilizar el uso de las mascarillas sanitarias para las personas que ya estén totalmente vacunadas contra el COVID-19.
En una entrevista en FOX News Sunday, Rochelle Walensky, directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) aseguró que el cambio en las pautas no tuvo nada que ver con presiones políticas.
“Entrego la ciencia como la ciencia se entrega a las revistas médicas... lo entrego tan pronto como puedo cuando tenemos esa información disponible”, agregó.
Según las pautas publicadas la semana pasada, las personas completamente vacunadas contra el COVID-19, pueden dejar de usar cubrebocas en multitudes al aire libre y en la mayoría de los lugares cerrados y renunciar al distanciamiento social.
Sin embargo, las personas parcialmente vacunadas o no vacunadas deben seguir usando cubrebocas, dijeron los CDC. La agencia también recomienda seguir usándolos en sitios cerrados y abarrotados como autobuses, aviones, hospitales, prisiones y refugios para personas sin hogar.
El cambio repentino provocó elogios de quienes estaban ansiosos por dejar de usar las máscaras sanitarias, en particular aquellos que ven las nuevas pautas como una forma de reabrir oficinas, escuelas y otros lugares.
Sin embargo, no se puede saber quién está completamente vacunado y quién no, y muchos tendrán que depender de un sistema basado en el honor.
El presidente Joe Biden tiene previsto reunirse el viernes con seis inmigrantes que fueron traídos a Estados Unidos de manera ilegal cuando eran niños, y que se beneficiaron de una política implementada durante el gobierno del exmandatario Barack Obama que los protegió de la deportación.
La reunión en la Oficina Oval se llevará a cabo mientras Biden busca presionar al Congreso para que apruebe un proyecto de ley que haga permanente el programa denominado Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en inglés) que Obama implementó a través de una acción ejecutiva en 2012, proporcionando protecciones limitadas a algunos inmigrantes que fueron traídos a Estados Unidos ilegalmente cuando eran niños.
Como candidato, Biden prometió proteger a los inmigrantes que a menudo son llamados “dreamers” y a sus familias mediante el restablecimiento del DACA.
En marzo, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, dijo que su agencia iba a emitir una norma para “preservar y fortalecer el DACA”, pero la política enfrenta una impugnación judicial en un tribunal de Texas que podría invalidar las protecciones establecidas durante la presidencia de Obama. El expresidente Donald Trump trató de suspender el programa. La Corte Suprema del país falló el año pasado que Trump podía eliminarlo, pero que lo hizo de forma indebida.
Biden ha exhortado a aprobar una reforma de inmigración que esté enfocada en establecer un mecanismo de naturalización para 11 millones de migrantes que viven en Estados Unidos de manera irregular, un plan que enfrenta un camino cuesta arriba en un Congreso estrechamente dividido. Pero ha dejado claro que aprobar un proyecto de ley que consagre el DACA, el cual goza de amplio apoyo bipartidista entre el público estadounidense, debería ser el punto de partida para tomar medidas en torno a la inmigración.
ATLANTA (AP) — Los efectos innegables del racismo en Estados Unidos han llevado a disparidades de salud inaceptables que han afectado especialmente a negros, hispanos y nativos durante la pandemia de coronavirus, dijo el domingo el inmunólogo que lidera la respuesta nacional al COVID-19.
“COVID-19 ha dejado al relieve las fallas de nuestra propia sociedad”, dijo el doctor Anthony Fauci durante una ceremonia de graduación de la Universidad de Emory.
Hablando por videoconferencia desde Washington, Fauci les dijo a los graduados en Atlanta que muchas personas de grupos minoritarios realizan trabajos esenciales donde podrían estar expuestos al coronavirus. Agregó que era más probable que se contagiaran debido a afecciones como hipertensión, enfermedad pulmonar crónica, diabetes u obesidad.
“Ahora muy pocas de estas comorbilidades tienen determinantes raciales”, dijo Fauci. “Casi todos se relacionan con los determinantes sociales de la salud que se remontan a las condiciones desventajosas en las que se encuentran algunas personas de color desde el nacimiento en relación con la disponibilidad de una dieta adecuada, el acceso a la atención médica y los efectos innegables del racismo en nuestra sociedad”.
Fauci dijo que corregir los errores sociales tomará un compromiso de décadas, e instó a los graduados a ser parte de la solución.
Los republicanos se disponen a elevar a la representante Elise Stefanik al liderato de su bloque en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, una medida que esperan les permitirá dejar atrás su acerba guerra civil en torno a la depuesta Liz Cheney y concentrarse en ganar la mayoría de la cámara baja en las elecciones de 2022.
Stefanik, una moderada convertida en ardiente defensora del expresidente Donald Trump y de sus denuncias infundadas de fraude en la elección de 2020, será previsiblemente la nueva número tres del bloque legislativo.
Sucedería a Cheney, depuesta esta semana debido a sus críticas públicas a Trump por haber alentado a quienes asaltaron el Capitolio el 6 de enero y por sostener su mentira de que le robaron la reelección mediante fraude.
Con Stefanik, de 36 años, los republicanos intentarán cambiar de tema al consagrar a una de las fieles de Trump —y una de las escasas mujeres que tiene el partido en el Congreso— en lugar de la desafiante Cheney.
Pero los cismas republicanos difícilmente se desvanecerán de la noche a la mañana. Muchos derechistas intransigentes están recelosos por las posiciones centristas de Stefanik y las tensiones siguen altas en torno al control férreo del partido por parte de Trump y la rencorosa caída de Cheney.