BinklenTEL AVIV, Israel (AP) — El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo el lunes que ahora es el momento de concluir un acuerdo de alto el fuego en Gaza que devolvería a los rehenes retenidos por Hamas y aliviaría el sufrimiento palestino después de 10 meses de combates devastadores en Gaza.
La novena misión urgente de Blinken a Oriente Medio desde que comenzó el conflicto se produjo días después de que los mediadores, incluido Estados Unidos, expresaran un renovado optimismo de que se estaba aproximando un acuerdo. Pero Hamás ha expresado un profundo descontento con la última propuesta e Israel ha dicho que hay áreas en las que no está dispuesto a ceder.
El viaje, que se produce días antes de nuevas conversaciones previstas para esta semana en Egipto, se produce en medio de temores de que el conflicto pueda extenderse a una guerra regional más profunda tras los asesinatos de importantes comandantes militantes en el Líbano que Irán atribuyó a Israel.
“Este es un momento decisivo, probablemente la mejor, tal vez la última, oportunidad para llevar a los rehenes a casa, lograr un alto el fuego y poner a todos en un mejor camino hacia una paz y seguridad duraderas”, dijo Blinken al iniciar las conversaciones con el presidente israelí Isaac Herzog en Tel Aviv.
“También es hora de asegurarnos de que nadie tome medidas que puedan hacer descarrilar este proceso”, dijo en una referencia velada a Irán. “Por eso estamos trabajando para asegurarnos de que no haya una escalada, que no haya provocaciones, que no haya acciones que nos alejen de algún modo de lograr que este acuerdo se apruebe o que escalen el conflicto a otros lugares y a una mayor intensidad”.
Herzog agradeció a Blinken por el apoyo de la administración Biden a Israel y lamentó una serie de ataques recientes contra israelíes en las últimas 24 horas.
“Así es como vivimos hoy en día”, dijo Herzog. “Estamos rodeados de terrorismo de todos los rincones del mundo y estamos luchando como una nación fuerte y resiliente”.
Los mediadores volverán a reunirse esta semana en El Cairo para intentar consolidar un alto el fuego. Blinken viajará a Egipto el martes tras concluir su escala en Israel.
Se reunió personalmente con el primer ministro Benjamin Netanyahu durante dos horas y media el lunes y tenía previsto reunirse con el ministro de Defensa, Yoav Gallant, más tarde ese mismo día.
La guerra comenzó el 7 de octubre, cuando militantes liderados por Hamás irrumpieron en Israel, matando a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y secuestrando a unas 250. De ellas, se cree que unas 110 siguen en Gaza , aunque las autoridades israelíes afirman que alrededor de un tercio han muerto. Más de 100 rehenes fueron liberados en noviembre durante un alto el fuego de una semana.
El contraataque de Israel en Gaza ha matado a más de 40.000 palestinos, según las autoridades sanitarias locales, y ha devastado gran parte del territorio.
A fines de la semana pasada, los tres países que median el cese del fuego propuesto —Egipto, Qatar y Estados Unidos— informaron sobre avances en un acuerdo según el cual Israel detendría la mayoría de las operaciones militares en Gaza y liberaría a varios prisioneros palestinos a cambio de la liberación de rehenes.
Poco antes de que Blinken llegara a Tel Aviv el domingo, Netanyahu dijo en una reunión del Gabinete que hay áreas en las que Israel puede ser flexible y áreas no especificadas en las que no lo será. “Estamos llevando a cabo negociaciones y no en un escenario en el que simplemente cedamos y cedamos”, dijo.
La propuesta en desarrollo prevé un proceso de tres fases en el que Hamás liberaría a todos los rehenes secuestrados durante su ataque del 7 de octubre. A cambio, Israel retiraría sus fuerzas de Gaza y liberaría a los prisioneros palestinos.
Hamas acusa a Israel de añadir nuevas exigencias: mantener una presencia militar a lo largo de la frontera entre Gaza y Egipto para impedir el contrabando de armas y a lo largo de una línea que divide el territorio para poder registrar a los palestinos que regresan a sus hogares en el norte. Israel dijo que no se trataba de nuevas exigencias, sino de aclaraciones de una propuesta anterior.
Los funcionarios dijeron que Estados Unidos ha presentado propuestas para salvar todas las brechas que aún existen entre las posiciones de Israel y Hamás. Se espera que esta semana se den respuestas formales al borrador estadounidense, que podrían conducir a una declaración de alto el fuego a menos que las conversaciones fracasen, como ha sucedido con múltiples esfuerzos anteriores.
El domingo por la noche, Hamas dijo en un comunicado que Netanyahu ha seguido poniendo obstáculos al acuerdo exigiendo nuevas condiciones, acusándolo de querer prolongar la guerra. Agregó que la última oferta de los mediadores era una capitulación ante Israel.
“La nueva propuesta responde a las condiciones de Netanyahu”, dijo Hamás.
Blinken dijo el lunes que ambas partes deberían aprovechar esta oportunidad para llegar a un acuerdo.
“Es hora de que todos digamos sí y no busquemos excusas para decir no”, afirmó.
Una delegación israelí mantuvo conversaciones con funcionarios egipcios como parte de los esfuerzos de tregua, dijo el lunes un funcionario egipcio.
La reunión del domingo, que duró varias horas, se centró en el corredor de Filadelfia a lo largo de la frontera entre Gaza y Egipto, pero no logró ningún avance, según el funcionario, que habló bajo condición de anonimato para poder discutir las negociaciones en curso.
El funcionario dijo que Israel sigue insistiendo en mantener el control de la frontera y de la ruta este-oeste que divide Gaza. Agregó que la delegación no ofreció nada nuevo en su reunión.
El periodista de Associated Press Samy Magdy contribuyó a este informe desde El Cairo.
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(Kevin Mohatt/Pool Foto via AP)
Venezolanos manifiestanCARACAS (AP) — Con banderas de su país, miles de venezolanos volvieron a salir el sábado a las calles de Caracas y otras ciudades del mundo para rechazar los resultados de las autoridades electorales que dan el triunfo al mandatario Nicolás Maduro y reclamar lo que califican como una victoria contundente de su candidato Edmundo González Urrutia en la contienda presidencial de fines de julio.
Las manifestaciones en la capital venezolana y en el extranjero son un esfuerzo de la principal coalición opositora para reafirmar que el vencedor real de la elección del 28 de julio, para ese bloque, fue el candidato González Urrutia, y lograr el respaldo a su causa de la comunidad internacional.
Maduro fue declarado vencedor por el Consejo Nacional Electoral, considerado afín al oficialismo, aunque el organismo no ha publicado hasta el momento las actas con los resultados a pesar de las crecientes exigencias de la oposición y la comunidad internacional para que sean divulgadas detalladamente como una de las posibles vías para ayudar a solucionar la crisis postelectoral en la nación sudamericana.
La llamada Plataforma Unitaria —que representa a los principales partidos opositores— ha dado a conocer las actas que, aseguran, muestran que su abanderado González obtuvo significativamente más votos que el gobernante.
En la avenida Francisco Miranda, una de las más transitadas y amplias de la capital venezolana, la gente se concentró desde temprano para esperar a la líder opositora María Corina Machado, quien se sumó poco después a la manifestación. Antes, Machado animó en las redes a sus seguidores a mantenerse firmes en el reclamo de que se reconozcan los resultados de las elecciones que, reiteró, dan una amplia victoria a González.
Ondeando la bandera venezolana y acompañada de otros dirigentes opositores, Machado se abrió paso entre la manifestación trepada en un camión al grito de “valiente” y “libertad”. Luego, ante la multitud, la dirigente opositora dijo que “este es el momento de cobrar y ¿qué significa cobrar? Significa que cada voto se respete, no hay nada que esté por encima de la voz del soberano y el soberano habló en Venezuela”.
“Que el mundo y todos dentro de Venezuela reconozcan que el presidente electo es Edmundo González”, recalcó mientras era ovacionada por los manifestantes, muchos de los cuales soplaban bulliciosas trompetas de plásticos conocidas como vuvuzelas y gritaban ”¡No tenemos miedo!”.
La líder pidió a sus seguidores “no abandonar las calles”.
“Necesitamos que el mundo sepa que esto no tiene vuelta atrás, que no nos vamos a detener hasta lograrlo. Hoy tenemos más fuerza que nunca en 25 años y el régimen está más débil que nunca”, destacó Machado en sus redes previamente al convocar a la protesta en las calles de Venezuela y ciudades del mundo.
González, por su parte, en su cuenta de X, antes Twitter, escribió el sábado temprano que “No podrán tapar la realidad del 28 de julio: ganamos contundentemente”. Exigió, asimismo, la liberación de los venezolanos “secuestrados y encarcelados por el régimen”, en alusión a las masivas detenciones de dirigentes y simpatizantes de la oposición tras la contienda electoral.
El exdiplomático de 74 años, no participó en la manifestación. Él y Machado se han mantenido a resguardo desde hace tres semanas después que la Fiscalía General, bajo control del oficialismo, abrió una investigación penal en contra de ambos tras la petición que hicieron a los militares y policías para que retiren su respaldo al presidente Maduro.
Cientos de agentes policiales se ubicaron en zonas aledañas de la protesta opositora en Caracas y otras ciudades venezolanas el sábado. Más tarde Magalli Meda, del equipo de Machado y refugiada en una embajada en Venezueal, denunció en su cuenta de X que el camión en que la líder opositora se movilizó en la mañana fue robado.
María Isabel Rojas, una ama de casa 54 años, dijo a The Associated Press que llegó temprano a la manifestación para estar cerca de Machado.
“El régimen (el gobierno de Maduro) quiere acallarnos y creen que pueden salirse con la suya, pero tengo fe que ella seguirá reclamando que ganamos y esa verdad acabara por imponerse”, manifestó.
El oficialismo también llamó a sus bases a demostrar la fuerza política en las calles en una denominada “marcha por la paz” que se realizó la tarde del sábado.
Maduro caminó al frente de una multitud en el último tramo hacia el palacio de gobierno, acompañado de su esposa, Cilia Flores, y funcionarios cercanos a su administración.
“Hoy puedo decir con absoluta certeza, volvimos a ganar, porque ganó la paz, ganó el pueblo. No pudieron, jamás podrán con nosotros”, afirmó el mandatario ante la gente.
En su discurso arremetió contra su contendor, González, de cuya ausencia en la marcha opositora se mofó y acusó de falta de liderazgo.
El presidente también aludió a los llamados internacionales sobre la situación de Venezuela. “Cada quien sabrá manejar su país, pero que no metan su nariz en Venezuela porque le sale un portazo al que le meta las narices en Venezuela”.
Sus seguidores lo arengaban y respaldaban la victoria electoral. Neisy Barreto dijo al canal estatal de televisión que apoya a Maduro porque considera que él “garantiza la paz”, ante “los ataques del imperio”.
En la víspera, la Organización de Estados Americanos (OEA) solicitó “el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales” e instó al organismo electoral venezolano a publicar las actas con los resultados electorales de manera “expedita”.
Más de 20 países y la Unión Europea también emitieron una declaración conjunta exigiendo la “inmediata” publicación de las actas originales y su verificación independiente, además de solicitar la liberación de los detenidos.
Según cifras de la fiscalía venezolana, hay 25 muertos y 192 heridos como resultado de protestas callejeras, mientras el organismo no gubernamental Foro Penal registra 1.406 detenciones vinculadas a su activismo político opositor.
Maduro interpuso un recurso contencioso electoral ante el Tribunal Supremo de Justicia que realiza el peritaje de las actas, aunque la oposición y organismos veedores internacionales desconfían de la independencia del tribunal considerado afín al régimen.
La periodista de The Associated Press Gabriela Molina colaboró con este despacho desde Quito.
By  JORGE RUEDA
(Foto AP/Cristian Hernández)
Lula VenezuelaSAO PAULO (AP) — La líder opositora venezolana María Corina Machado rechazó el jueves la propuesta del presidente brasileño de convocar a una nueva elección presidencial en Venezuela tras los impugnados resultados de la elección del mes pasado.
Machado hizo estos comentarios poco después que el presente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva dijera que no reconoce a Nicolás Maduro como ganador de la elección presidencial de Venezuela, realizada el mes pasado, y que su homólogo podría convocar una nueva elección “si tiene sentido común”. El presidente estadounidense Joe Biden también expresó su apoyo a la realización de nuevos comicios.
Lula dijo que Maduro todavía le debe una explicación a los brasileños y al resto del mundo.
Machado afirmó en una conferencia de prensa virtual con medios argentinos que repetir la elección sería “un insulto al pueblo venezolano”, y preguntó que, si se realizara una segunda elección y Maduro sigue sin aceptar los resultados, “¿vamos a una tercera?”
Brasil es, por mucho, la nación más grande de Sudamérica y comparte con Venezuela una de las fronteras terrestres de mayor magnitud. A diferencia de muchas otras naciones que ya han reconocido como ganador a Maduro o al opositor Edmundo González, los gobiernos de Brasil, Colombia y México han asumido una postura más neutral al no reconocer ni aceptar cuando las autoridades electorales de Venezuela declararon ganador a Maduro.
“A Maduro todavía le quedan seis meses de mandato. Es el presidente independientemente de las elecciones. Si tiene sentido común, podría convocar al pueblo de Venezuela, tal vez incluso convocar nuevas elecciones, crear un comité electoral y permitir que observadores de todo el mundo realicen un seguimiento”, subrayó Lula en una entrevista con Radio T.
En un comunicado conjunto, los tres países llamaron al organismo electoral de Venezuela a que divulgue decenas de miles de actas electorales, que se consideran la prueba definitiva de los resultados.
Durante el gobierno de Lula, Brasil ha sido un importante mediador, incluso en el Acuerdo de Barbados, alcanzado en octubre, cuando el gobierno de Maduro y la oposición política llegaron a un convenio sobre una nueva elección que generó el alivio de las sanciones estadounidenses.
Celso Amorim, el asesor internacional más cercano a Lula y exministro de Relaciones Exteriores, viajó a Caracas en julio como observador de la elección. Al hablar ante una comisión del Senado la mañana del jueves, Amorim dijo que una nueva elección tendría que ser verificada de una forma sólida y robusta.
La ley venezolana permite una nueva votación siempre que el Consejo Nacional Electoral o las autoridades judiciales anulen una elección considerada fraudulenta o cuyo resultado haya sido imposible de determinar. La nueva elección deberá ocurrir en un plazo de entre seis y 12 meses en las mismas condiciones que la votación anulada y los mismos candidatos deberán aparecer en la boleta.
Dejando a un lado la logística, las leyes y los costos, una nueva elección será una arriesgada apuesta para Maduro y sus aliados, ya que la votación de julio y las consiguientes protestas mostraron que han perdido apoyo en todo el país, y para derrotar cómodamente a sus opositores ya no pueden depender de un cuadro de simpatizantes acérrimos, conocidos como “chavistas”, así como de los empleados públicos y otras personas cuyos negocios o empleo dependen del estado.
Aunque las autoridades electorales declararon a Maduro ganador de la muy esperada elección, aún deben presentar un recuento detallado de los votos para respaldar su afirmación. Sin embargo, la oposición reveló que recogió actas de más de 80% de las 30.000 máquinas de votación electrónica en todo el país que muestran que Maduro perdió por un margen de más de 2 a 1.
Una revisión de las actas divulgadas, realizada por la AP, indica que González obtuvo significativamente más votos que los que el gobierno ha afirmado. El análisis arroja serias dudas sobre la declaración oficial del triunfo de Maduro.
La AP procesó casi 24.000 imágenes que representan los resultados de 79% de las máquinas de votación, que resultaron en tabulaciones de 10,26 millones de votos. Las actas procesadas también mostraron que González recibió más votos en 20.476 recibos en comparación con sólo 3.157 para Maduro.
El jueves, en Washington, cuando se le preguntó a Biden si apoyaría una nueva elección en Venezuela, el presidente dijo “Sí”. Biden no dio más información, y hasta el momento, la Casa Blanca no ha proporcionado más detalles sobre la breve respuesta del mandatario.
La mañana del jueves, la Casa Blanca reiteró su llamado al gobierno de Maduro a publicar los datos del recuento de votos. El vocero de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, también dijo que Estados Unidos piensa que Edmundo González fue el candidato que obtuvo más votos.
“Creemos que el señor González tendrá la mayoría de los votos. Lo creemos a través de varias formas y de varias fuentes”, dijo Kirby. “Pero lo verdaderamente definitivo son los datos reales de la votación. Y el hecho de que el señor Maduro no haga públicos esos datos, creo que, ciertamente, habla de lo que debe ser su preocupación… de lo que los resultados muestren de forma transparente”.
Los periodistas de The Associated Press Regina García Cano en Caracas, Venezuela, Joshua Goodman en Miami y el corresponsal de la AP en la Casa Blanca Zeke Miller en Washington contribuyeron a este despacho.
(AP Foto/Eraldo Peres)
By  GABRIELA SÁ PESSOA

Alto fuegoTEL AVIV, Israel (AP) — Algunas familias de rehenes retenidos en Gaza creen que la última ronda de conversaciones de alto el fuego entre Israel y Hamas podría ser la última y mejor oportunidad para liberar a sus seres queridos después de más de 300 días de cautiverio.

Las familias han luchado incansablemente para conseguir la liberación de sus familiares, que fueron secuestrados el 7 de octubre durante el ataque transfronterizo de Hamás que inició la guerra.

Su esperanza de que las últimas conversaciones puedan dar como resultado un avance está teñida por 10 meses de decepción y el creciente temor a una guerra más amplia en Medio Oriente mientras Israel enfrenta tensiones crecientes con Irán y Hezbolá, el grupo militante respaldado por Irán con base en el Líbano.

En Gaza quedan aproximadamente 110 rehenes, después de que unos 100 fueran liberados durante un breve alto el fuego a finales de noviembre . Más de 40.000 palestinos han muerto en la guerra, según funcionarios de salud de Gaza, que no distinguen entre civiles y militantes.

A lo largo de la guerra, las familias de los rehenes han seguido adelante con angustia y desesperación, uniendo a los israelíes a su causa , presionando a los legisladores locales y extranjeros y pidiendo que alguien ponga fin a su pesadilla.

Han visto cómo fracasaban varias rondas de negociaciones y han dirigido cada vez más su ira contra el primer ministro Benjamin Netanyahu, a quien acusan de priorizar su supervivencia política por sobre el destino de sus seres queridos.

“Necesitamos un alto el fuego para que regresen todos”, dijo Zahiro Shahar Mor, sobrino de Avraham Munder, de 78 años, quien fue secuestrado del kibutz Nir Oz junto con su esposa, su hija y su nieto, los tres últimos habiendo regresado durante el primer y único acuerdo de tregua. “Si Netanyahu los hubiera querido aquí, ya estarían aquí”.

Netanyahu insiste en que la difícil situación de los rehenes es una de sus principales preocupaciones.

“El dolor que han padecido estas familias es indescriptible”, dijo Netanyahu en una sesión conjunta del Congreso estadounidense el mes pasado. “No descansaré hasta que todos sus seres queridos estén en casa”.

Según él, la mejor manera de liberarlos es mantener la presión militar sobre Hamás, una postura respaldada por dos socios de gobierno de extrema derecha que son fundamentales para mantener su control del poder. Se han comprometido a derrocar al gobierno si Netanyahu avanza con un acuerdo que liberaría a los rehenes a cambio de la liberación de prisioneros palestinos condenados por delitos graves o el fin de la guerra.

Netanyahu también ha enfurecido a algunas de las familias de rehenes a lo largo de la guerra con comentarios o acciones que parecen sugerir que no simpatiza con su terrible experiencia.

Él tieneRecientementepor su papel en los fallos de política y seguridad que llevaron al ataque sin precedentes de Hamás, que provocó la muerte de unos 1.200 israelíes. Se le ha acusado de evitar a las familias de los rehenes, especialmente a aquellas cuyos parientes se sabe que murieron en cautiverio. En comentarios filtrados a los medios israelíes, habría dicho que Hamás estaba bajo más presión que Israel para avanzar hacia un acuerdo porque los rehenes estaban “sufriendo pero no muriendo”.

De hecho, se dice que más de un tercio de los 110 rehenes que aún se encuentran retenidos murieron en cautiverio o el 7 de octubre, cuando sus cuerpos fueron llevados a Gaza. Tres rehenes fueron asesinados por error. por el ejército israelí. Siete rehenes fueron liberados en misiones de rescate, al igual que varios cadáveres.

Las familias de los rehenes han visto cómo su protesta semanal en el centro de Tel Aviv ha ido menguando poco a poco, a medida que los israelíes se van cansando de una lucha aparentemente interminable. Han visto cómo el conflicto se ha ampliado, hasta casi convertirse en una guerra regional más amplia que podría eclipsar su propia situación.

Aún así, las familias han continuado su lucha y en julio casi dos docenas se reunieron con Netanyahu en Washington durante su visita allí.

Gil Dickmann, cuyo primo Carmel Gat está detenido en Gaza, dijo que Netanyahu no hizo ninguna promesa tangible, pero que abandonó la reunión con la sensación de que pronto podría haber avances. Sin embargo, han pasado semanas sin que se haya producido ningún avance.

“Esa es una eternidad para los rehenes”, dijo Dickmann, quien se encontraba entre un grupo de familiares de rehenes que vestían una camiseta amarilla que decía “Sella el trato ahora” en el Congreso durante el discurso de Netanyahu. “Cualquier cosa podría pasarles durante esa eternidad”.

Dickmann dijo que los intentos de ambas partes de exprimir al máximo el acuerdo sólo lo hacían más difícil de alcanzar.

Las familias de los ocho rehenes estadounidenses-israelíes mantuvieron una reunión de una hora con Netanyahu y el presidente Joe Biden, pero el líder israelí tampoco les hizo promesas firmes sobre un acuerdo, dijo Ruby Chen, el padre de Itay Chen, quien fue asesinado el 7 de octubre y su cuerpo fue llevado a Gaza.

Chen dijo que se había sentido optimista en torno a esta última ronda de conversaciones a partir de sus reuniones informativas semanales con funcionarios estadounidenses, quienes, según dijo, ven el acuerdo de alto el fuego como una oportunidad para llevar estabilidad a la región en general, después de que los asesinatos de dos comandantes militantes en Beirut y Teherán generaran temores de una guerra más amplia. Instó a Estados Unidos a denunciar públicamente a quienes considere que están obstruyendo las conversaciones, aunque se negó a señalar a nadie.

“El primer ministro debe mirarse al espejo y comprender que en estos días se está escribiendo el libro de la historia del Estado de Israel”, afirmó. “Debe decidir dónde quiere estar en ese libro de la historia”.

Otros familiares de rehenes han tenido palabras más duras para el líder israelí.

“Netanyahu, sabemos que no quieres un acuerdo. Sabemos que si fuera por ti, los rehenes se pudrirían y morirían en cautiverio”, dijo Yotam Cohen, cuyo hermano Nimrod, de 19 años, está cautivo, en una protesta el jueves antes de la nueva ronda de conversaciones. Un manifestante gritó: “Su sangre está en tus manos”.

El periodista de Associated Press Ami Bentov contribuyó a este informe.

TIA GOLDENBERG
Goldenberg es reportera y productora de Associated Press y cubre Israel y los territorios palestinos. Anteriormente informó sobre África oriental y occidental desde Nairobi.

Muertos palestinosDEIR AL-BALAH, Gaza (AP) — Más de 40.000 palestinos han muerto en la guerra que libran Israel y Hamás en la Franja de Gaza, anunció el Ministerio de Salud del territorio el jueves.
La ofensiva israelí ha dejado también 92.401 heridos y desplazó a más del 85% de la población de sus hogares, apuntó el ministerio, gestionado por Hamás y cuyo conteo no distingue entre víctimas civiles y combatientes.
El anuncio coincidió con un nuevo esfuerzo de los mediadores internacionales para alcanzar un alto el fuego en la guerra, que está en su 11mo mes.
El conflicto estalló el 7 de octubre luego de la incursión liderada por combatientes de Hamás sobre el sur de Israel, en la que murieron alrededor de 1.200 personas, en su mayoría civiles, y otras 250 fueron tomadas como rehenes. Israel dice que 111 siguen cautivos, incluyendo los cuerpos de 39. En el grupo hay 15 mujeres y dos niños de menos de cinco años.
En Gaza, las autoridades sanitarias han tenido dificultades para identificar a los fallecidos ya que los cadáveres desbordan los hospitales y morgues, donde según cuentan, el recuento se realiza en medio del caos de la guerra y los desplazamientos.
En su último informe detallado sobre las víctimas, publicado el jueves, el ministerio reportó 40.005 decesos. Las autoridades sanitarias y los trabajadores de defensa civil apuntan que la cifra real podría ser de miles más, ya que muchos cadáveres siguen enterrados bajo los escombros de los edificios destruidos por los ataques aéreos.
La ofensiva terrestre y aérea israelí en Gaza ha sido una de las campañas militares más devastadoras de la historia reciente.
Los bombardeos han matado a familias palestinas enteras. Ante la imposibilidad de acceder a los cementerios, las familias que huyen de los ataques aéreos israelíes suelen enterrar a sus muertos donde pueden: en patios, a lo largo de la carretera o bajo las escaleras de sus casas.
Israel sostiene que su objetivo es eliminar a Hamás y culpa al grupo insurgente de la muerte de civiles porque afirma que opera en zonas civiles y ha construido una vasta red de túneles subterráneos en ellas. Las fuerzas israelíes han atacado regularmente mezquitas, escuelas, hospitales y cementerios en los que, según afirman, hay túneles o combatientes, a menudo causando víctimas civiles
Los combates han matado también a 329 soldados israelíes. El ejército dice que entre las víctimas en Gaza hay 15.000 combatientes de Hamás, pero no ha aportado pruebas.
Cerca del 85% de los 2,3 millones de residentes en la Franja se han visto obligados a abandonar sus hogares, huyendo en varias ocasiones a través del territorio para escapar de las ofensivas terrestres. La guerra ha dejado miles de desplazados también en Israel y en el sur de Líbano.
La ofensiva israelí ha creado una crisis humanitaria de grandes dimensiones en Gaza. Todo el enclave está en alto riesgo de hambruna y se espera que más de 495.000 personas — más de una quinta parte de la población — sufra el nivel más grave de hambre en los próximos meses, de acuerdo con el último reporte de la principal autoridad en medición del hambre.
Los sistemas de saneamiento han quedado destruidos, dejando charcos de aguas residuales y torres de basura en los asentamientos de tiendas de campaña atestados de las familias desplazadas.
Es probable que, hasta el 3 de julio, la ofensiva israelí haya dañado o destruido el 59% de las estructuras de Gaza, incluyendo el 70% de los edificios en el norte de la Franja, según un análisis de datos satelitales realizado por Corey Scher y Jamon Van Den Hoek, expertos en cartografiar los daños durante la guerra.
El conflicto ha desatado el temor a una guerra regional más amplia, con la milicia libanesa Hezbollah y el ejército israelí intercambiando disparos en su frontera.
Más de 500 personas han muerto en el lado libanés, incluyendo unos 350 efectivos de Hezbollah y 50 combatientes de otros grupos insurgentes. En el lado israelí, han perdido la vida 22 soldados y 24 civiles. ___
Frankel informó desde Jerusalén.
JULIA FRANKEL and WAFAA SHURAFA
Frankel is an Associated Press reporter in Jerusalem.
(AP foto/Fatima Shbair, archivo)

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