LA PAZ (AP) — En un sorpresivo mensaje por la televisión estatal, el presidente boliviano Luis Arce acusó el domingo al exmandatario Evo Morales de poner en marcha un golpe de Estado con un “bloqueo de caminos” esta semana hasta obligarlo a dimitir.
“¡Basta Evo! Hasta ahora he tolerado tus ataques y calumnias en silencio, pero que pongas en riesgo la vida del pueblo es algo que no voy a tolerar. Si tienes diferencias conmigo porque no acepté ser tu títere, ven y resolvamos. No arriesgues la democracia ni arrastres a la muerte al pueblo sólo por tus ambiciones personales”, declaró Arce, dirigiendose directamente a su mentor político, ahora convertido en su acérrimo rival.
Morales anunció para el martes el inicio de una marcha de sus seguidores hasta La Paz para protestar por el deterioro de la economía, pero sobre todo para presionar al gobierno y al Tribunal Supremo Electoral a aceptar su candidatura para las elecciones del 2025 por el dividido partido gobernante, el Movimiento al Socialismo (MAS).
Ambos líderes del MAS se disputan el control del aparato partidario de cara a los comicios, y con frecuencia Morales acusa a Arce de manipular la justicia para inhabilitarlo. Es la primera vez que Arce encara al expresidente directamente por televisión.
“Evo Morales, hoy me dirijo directamente a ti con la única intención de evitar la violencia y la confrontación entre bolivianos, porque quieres imponer tu candidatura por las buenas o por las malas haciendo correr sangre como ya lo hiciste una vez. Estas organizando una marcha que tiene el objetivo de terminar en un bloqueo nacional de carreteras para pedir el acortamiento de mi mandato y convocar a elecciones”, denunció Arce.
Morales forzó su candidatura en 2019 tras haber sido reelecto por una vez en forma consecutiva, según permite la Constitución, y a pesar de un referendo en 2016 en el que se rechazó su reelección. La OEA denunció que los comicios habían sido fraudulentos, lo que detonó un estallido social que dejó 37 muertos en protestas que se extendieron un mes, ante lo cual Morales se vio obligado a dimitir en 2019.
Arce fue ministro de Economía de Morales durante diez años. Morales lo designó para que fuese candidato, y el MAS retornó al poder en las elecciones de 2020, pero pronto aparecieron grietas entre los dos líderes. Arce está habilitado constitucionalmente para buscar la reelección en 2025.
El mandatario afronta una complicada coyuntura en medio de una crisis económica que está elevando la tensión social en el país. Campesinos e indígenas de La Paz afines a Morales anunciaron marchas y cortes de ruta el lunes para pedir la renuncia de Arce.
Morales dijo que la marcha que él liderará se realizará de todas maneras ante la negativa del gobierno de Arce de convocarlo para superar las discrepancias partidarias referidas al liderazgo en MAS.
BUENOS AIRES (AP) — El presidente de Argentina, el libertario Javier Milei, presentó el domingo por la noche ante el Congreso el presupuesto para 2025, que refleja su promesa principal de acabar con el déficit fiscal crónico del país y plantea una nueva fase de confrontación con los legisladores.
En una iniciativa sin precedentes, Milei presentó personalmente el plan de gasto en lugar de delegarlo en su ministro de Economía, en un discurso en el que arremetió contra la historia argentina de mala gestión macroeconómica y prometió vetar cualquier medida que comprometa su dura estrategia de austeridad.
La propuesta se conocía tras una semana de enfrentamientos políticos en la cámara, donde Milei controla menos del 15% de los escaños, por incrementos de gastos que según el gobierno descarrilarían el presupuesto de “cero déficit” respaldado por el Fondo Monetario Internacional. Los partidos de oposición han intentado aprobar leyes para subir salarios y pensiones al ritmo de la inflación para ayudar a los afectados argentinos a lidiar con la brutal austeridad.
“La piedra basal de este presupuesto es la primera verdad de la macroeconomía, una verdad que durante muchos años ha sido relegada en Argentina: el déficit cero”, dijo Milei a los parlamentarios, ante un puñado de asientos vacíos ya que la mayoría de los miembros del opositor bloque peronista, Unión por la Patria, se ausentó de su discurso. “Gestionar es sanear el balance del Banco Central y desactivar la bomba de deuda que heredamos”, afirmó.
Partidarios de Milei interrumpieron su discurso —salpicado con sus habituales lemas libertarios— con vítores.
Ahora el Congreso dominado por la oposición, que controla los fondos del gobierno, tendrá que aprobar el presupuesto final. El aislamiento político de Milei complica la situación, y se esperan semanas de negociaciones con rivales políticos que insisten en que se hagan concesiones.
Sin embargo, Milei prometió que nada le impedirá seguir adelante con su plan de austeridad.
“El presupuesto es una declaración de principios”, dijo el economista argentino Agustín Almada. “Incluso si no hay acuerdo con la oposición, Milei seguirá buscando una contracción fiscal”.
Si los vetos no logran impedir que legisladores influyentes contengan los gastos, Milei prometió encontrar otras formas de reducir el estado.
“El único contexto en el que aceptaremos discutir el aumento de un gasto es cuando el pedido venga con una expresa explicación de qué partida hay que reducir para cubrirlo”, afirmó.
En los nueve meses de Milei en el cargo, recortes drásticos en el gasto público —que él describe como necesarios para restaurar la confianza del mercado en un país aquejado por una de las tasas de inflación anual más altas del mundo— han producido un superávit fiscal del 0,4% del producto interno bruto, algo inaudito en casi dos décadas.
La austeridad también ha causado profundas penurias económicas en Argentina. Ahora casi el 60% de los argentinos vive en la pobreza, en comparación con el 44% de diciembre, según la Universidad Católica. En buena parte, Milei ha equilibrado el presupuesto recortando las partidas económicas a provincias, retirando subsidios a la energía y el transporte y congelando salarios y pensiones pese a la inflación.
La lucha por las pensiones alcanzó un hito la semana pasada cuando Milei y sus aliados derrotaron una propuesta de ley que habría aumentado el gasto de seguridad social en Argentina y comprometido la disciplina fiscal del gobierno. La ley se aprobó con rapidez en las dos cámaras del Congreso el mes pasado, pero en definitiva los partidos de oposición no consiguieron la mayoría de dos tercios necesaria para revocar el veto del presidente, después de que la presión del gobierno redujera el apoyo al plan.
Ante la noticia de que la medida se había rechazado el jueves, jubilados indignados —que han perdido en torno a la mitad de su poder adquisitivo debido a la inflación— tomaron las calles del centro de Buenos Aires, donde se enfrentaron con policías antimotines que emplearon gas lacrimógeno y cañones de agua.
Milei advirtió que su terapia de choque fiscal no sería fácil. Pero su gobierno apuesta a que lo peor ha pasado. Aunque la inflación argentina ronda el 237%, Milei ha mantenido el apoyo popular al contener la inflación mensual, que ha caído al 4% en comparación con el pico del 26% del pasado diciembre, cuando asumió el cargo.
En una optimista declaración sobre el presupuesto, el Ministerio de Finanzas dijo el domingo que esperaba que la propuesta de Milei dejara la inflación anual en apenas un 18% para final de 2025 y produjera un crecimiento económico del 5%. La economía argentina se contrajo más de un 3% en la primera mitad de 2024.
Pero buena parte del futuro de Milei depende del Congreso. La victoria del gobierno con la ley de pensiones la semana pasada demostró ser breve, ya que los parlamentarios de la cámara baja también aprobaron una propuesta que subía el gasto en universidades públicas.
Milei ha prometido vetar esa propuesta de ley.
El Congreso le asestó otro golpe al mandatario la semana pasada al rechazar su plan para aumentar el gasto en servicios de inteligencia en más de 100 millones de dólares. Pese a todos los recortes, Milei se ha comprometido a incrementar el gasto de defensa del 0,5% del PIB al 2,1%, lo que ha consternado a algunos legisladores mientras los recortes en salud y educación golpeaban a la población.
Aunque Milei ha hecho reiteradas concesiones para aprobar su legislación en la cámara, el discurso del domingo tenía un tono estridente y describió a los parlamentarios como “las ratas miserables que apostaron contra el país”.
Algunos analistas advirtieron que el mensaje político de Milei planteaba una situación complicada.
“La imagen de la cámara medio vacía de diputados durante el discurso del presidente es un indicio de que aprobar este presupuesto no será fácil para el gobierno”, dijo Marcelo J. García, director para América de la consultora de riesgo geopolítico Horizon Engage, con base en Nueva York. “Una vez más, Milei parece priorizar la confrontación frente a la negociación”.
LIMA, Perú (AP) — Alberto Fujimori, cuya presidencia de una década comenzó con triunfos que le permitieron enderezar la economía peruana y derrotar a una brutal insurgencia, para luego terminar en excesos autocráticos que lo enviaron a prisión, falleció. Tenía 86 años.
Su muerte este miércoles en la capital, Lima, fue anunciada por su hija, Keiko Fujimori, en una publicación en X.
Fujimori, que gobernó con una mano cada vez más autoritaria entre 1990 y 2000, fue indultado en diciembre de sus condenas por corrupción y responsabilidad en el asesinato de 25 personas. Su hija dijo en julio que planeaba postularse a la presidencia de Perú por cuarta vez en 2026.
El ex presidente universitario y profesor de matemáticas era un completo outsider político cuando surgió de la oscuridad para ganar las elecciones peruanas de 1990 contra el escritor Mario Vargas Llosa . A lo largo de una tumultuosa carrera política, tomó repetidamente decisiones arriesgadas que le valieron alternativamente adoración y reproche.
Tomó el poder en un país devastado por una inflación galopante y la violencia guerrillera, y saneó la economía con medidas audaces, incluidas privatizaciones masivas de las industrias estatales. Derrotar a los rebeldes fanáticos de Sendero Luminoso le llevó un poco más de tiempo, pero también le valió un amplio apoyo.
Sin embargo, su presidencia se derrumbó de forma igualmente dramática.
Después de cerrar brevemente el Congreso y abrirse paso a codazos para conseguir un tercer mandato controvertido, huyó del país en desgracia en 2000 cuando se filtraron unas cintas de vídeo que mostraban a su jefe de espionaje, Vladimiro Montesinos , sobornando a los legisladores. El presidente fue a Japón, la tierra de sus padres, y, como es bien sabido, envió por fax su dimisión.
Cinco años después, sorprendió a partidarios y adversarios cuando aterrizó en el vecino Chile, donde fue arrestado y extraditado a Perú. Esperaba postularse a la presidencia de Perú en 2006, pero terminó en los tribunales acusado de abuso de poder.
El jugador político de alto riesgo perdería miserablemente. Se convirtió en el primer expresidente del mundo en ser juzgado y condenado en su propio país por violaciones de los derechos humanos. No se le halló culpable de haber ordenado personalmente los 25 asesinatos cometidos por escuadrones de la muerte por los que fue condenado, pero se le consideró responsable porque los crímenes se cometieron en nombre de su gobierno.
Su condena a 25 años no impidió que Fujimori buscara su reivindicación política, que planeaba desde una prisión construida en una academia de policía en las afueras de Lima, la capital.
Su hija, la congresista Keiko, intentó en 2011 restaurar la dinastía familiar presentándose a la presidencia, pero fue derrotada por un estrecho margen en una segunda vuelta. Volvió a presentarse en 2016 y 2021, cuando perdió por apenas 44.000 votos tras una campaña en la que prometió liberar a su padre.
“Luego de una larga batalla contra el cáncer, nuestro padre Alberto Fujimori acaba de partir al encuentro del Señor”, dijo el miércoles X. “Pedimos a quienes lo amaron que nos acompañen con una oración por el eterno descanso de su alma”.
La presidencia de Fujimori fue, de hecho, una exhibición descarada de autoritarismo, conocido localmente como “caudillismo”, en una región que se alejaba vacilante de las dictaduras y avanzaba hacia la democracia.
Le sobreviven sus cuatro hijos. La mayor, Keiko, se convirtió en primera dama en 1996 cuando su padre se divorció de su madre, Susana Higuchi, en una amarga batalla en la que ella acusó a Fujimori de haberla torturado. El hijo menor, Kenji, fue elegido congresista.
Fujimori nació el 28 de julio de 1938, Día de la Independencia del Perú, y sus padres inmigrantes recogieron algodón hasta que pudieron abrir una sastrería en el centro de Lima.
Se licenció en ingeniería agrícola en 1956 y luego estudió en Francia y Estados Unidos, donde obtuvo un título de posgrado en matemáticas de la Universidad de Wisconsin en 1972.
En 1984 fue nombrado rector de la Universidad Agraria de Lima y seis años más tarde se presentó como candidato a la presidencia sin haber ocupado jamás un cargo político, presentándose como una alternativa limpia a la corrupta y desacreditada clase política peruana.
Pasó del 6% en las encuestas un mes antes de las elecciones de 1990 a terminar segundo entre nueve candidatos en la votación. Luego venció a Vargas Llosa en una segunda vuelta.
La victoria, dijo más tarde, surgió de la misma frustración que alimentó a Sendero Luminoso.
“Mi gobierno es producto del rechazo, del hartazgo del Perú por la frivolidad, la corrupción y el infuncionamiento de la clase política tradicional y la burocracia”, afirmó.
Una vez en el cargo, la mano dura de Fujimori y su estilo práctico al principio sólo le valieron aplausos, mientras los coches bomba seguían arrasando la capital y la inflación anual se acercaba al 8.000 por ciento.
Aplicó la misma terapia de choque económico que Vargas Llosa había defendido pero que él había rechazado en campaña.
Al privatizar las industrias estatales, Fujimori recortó el gasto público y atrajo una inversión extranjera récord.
Conocido cariñosamente como “El Chino” debido a su ascendencia asiática, Fujimori solía vestirse con ropa de campesino para visitar comunidades indígenas de la selva y agricultores de las tierras altas, mientras repartía electricidad y agua potable a aldeas muy pobres. Eso lo distinguía de los políticos blancos patricios que, por lo general, carecían del toque de plebeyo.
Fujimori también dio vía libre a las fuerzas de seguridad del Perú para enfrentar a Sendero Luminoso.
En septiembre de 1992, la policía capturó al líder rebelde Abimael Guzmán . Con razón o sin ella, Fujimori se atribuyó el mérito.
El ex profesor universitario, que asumió el poder apenas unos años después de que gran parte de la región se había deshecho de dictaduras, en definitiva representó un paso atrás. Desarrolló un gusto creciente por el poder y recurrió a medios cada vez más antidemocráticos para acumular más poder.
En abril de 1992, cerró el Congreso y los tribunales, acusándolos de obstaculizar sus esfuerzos por derrotar a Sendero Luminoso y estimular reformas económicas.
La presión internacional lo obligó a convocar elecciones para una asamblea que reemplazara al Congreso. El nuevo cuerpo legislativo, dominado por sus partidarios, modificó la constitución peruana para permitir que el presidente cumpliera dos mandatos consecutivos de cinco años. Fujimori volvió al poder en 1995, tras una breve guerra fronteriza con Ecuador, en una victoria electoral aplastante.
Defensores de los derechos humanos en el país y en el extranjero lo criticaron por impulsar una ley de amnistía general que perdona los abusos de los derechos humanos cometidos por las fuerzas de seguridad durante la campaña “antisubversiva” de Perú entre 1980 y 1995.
Según una comisión de la verdad, el conflicto se cobró casi 70.000 vidas, y los militares fueron responsables de más de un tercio de las muertes. Periodistas y empresarios fueron secuestrados, estudiantes desaparecieron y al menos 2.000 campesinas de las tierras altas fueron esterilizadas a la fuerza.
En 1996, el bloque mayoritario de Fujimori en el Congreso lo puso en camino a un tercer mandato cuando aprobó una ley que determinó que sus primeros cinco años como presidente no contaban porque la nueva constitución aún no estaba en vigor cuando fue elegido.
Un año después, el Congreso de Fujimori despidió a tres jueces del Tribunal Constitucional que intentaron revocar la legislación, y sus enemigos lo acusaron de imponer una dictadura elegida democráticamente.
Para entonces, las revelaciones casi diarias mostraban la monumental escala de la corrupción en torno a Fujimori. Unas 1.500 personas relacionadas con su gobierno fueron procesadas por corrupción y otros cargos, entre ellos ocho ex ministros del gabinete, tres ex comandantes militares, un fiscal general y un ex presidente de la Corte Suprema.
Las acusaciones contra Fujimori dieron lugar a años de disputas legales. En diciembre, el Tribunal Constitucional de Perú falló a favor de un indulto humanitario concedido a Fujimori en la Nochebuena de 2017 por el entonces presidente Pablo Kuczynski. Con una mascarilla y recibiendo oxígeno suplementario, Fujimori salió de la prisión y se subió a un vehículo utilitario deportivo conducido por su nuera.
La última vez que se le vio en público fue el 4 de septiembre, saliendo de un hospital privado en silla de ruedas. Dijo a la prensa que se había sometido a una tomografía computarizada y cuando le preguntaron si su candidatura presidencial seguía adelante, sonrió y dijo: “Ya veremos, ya veremos”.
Frank Bajak, el autor principal de este obituario, se retiró de The Associated Press en 2024. La periodista de The Associated Press Regina García Cano en la Ciudad de México contribuyó con este artículo.
SINGAPUR (AP) — El papa concluyó el viernes su visita a Singapur elogiando su tradición de armonía interreligiosa, y cerró su gira por cuatro países con el mismo mensaje de tolerancia del principio.
Francisco presidió un encuentro con jóvenes de algunas de las tradiciones religiosas presentes en Singapur, donde las mezquitas, los templos budistas y las iglesias cristianas conviven entre los icónicos rascacielos de la ciudad-estado.
En una señal de que estaba disfrutando, el pontífice argentino se desvió de su discurso e instó a los jóvenes a asumir riesgos, aunque conlleve cometer errores. Pero volvió sobre el guion para insistir en la necesidad de que personas de distintas religiones entablen en un diálogo constructivo en lugar de insistir en la rigurosidad de sus creencias particulares.
“Todas las religiones son un camino para llegar a Dios”, manifestó. “Y como Dios es Dios para todos, todos somos hijos de Dios”.
Fue su último acto antes de embarcar en un A35-900 de Singapore Airlines para un vuelo de más de 12 horas hasta Roma que completa el viaje más largo y lejano de su pontificado.
Francisco estaba en Singapur para animar a los católicos, que son alrededor del 3,5% de los algo menos de sus seis millones de habitantes, al tiempo que destacó la tradición de coexistencia interreligiosa de la ciudad. De acuerdo con un censo de 2020, los budistas eran el 31% de la población, los cristianos el 19% y los musulmanes el 15%, mientras que alrededor de una quinta parte se declaraban no creyentes.
El primer papa latinoamericano de la historia ofreció un mensaje abrumadoramente positivo en uno de los países más ricos del mundo, elogiando su desarrollo económico y haciendo un único llamado: que trate a los trabajadores inmigrantes con dignidad y con un salario justo.
En sus declaraciones, evitó cuestiones polémicas como la vigencia de la pena de muerte en Singapur, algo que Francisco ha calificado de “inadmisible” en cualquier circunstancia. El papa ha planteado la oposición de la Iglesia a la pena capital en todos los países que visita donde se aplica, incluyendo Bahréin. Pero, al menos en público, no mencionó el tema esta vez, quizás como deferencia a sus anfitriones durante un viaje que podría haber sido seguido de cerca en China, con quien el Vaticano quiere mejorar su relación.
En sus 11 días de viaje, y antes de recalar en Singapur, Francisco visitó Indonesia, Papúa Nueva Guinea y Timor Oriental. Los 32.814 kilómetros (20.390 millas) recorridos en avión lo convierten en el más largo y lejano de su pontificado, y uno de los más lejanos de la historia en cuanto a días y distancia. Solo algunos de los que San Juan Pablo II realizó en la década de 1980 fueron más largos. ___
La cobertura religiosa de The Associated Press recibe apoyo a través de una colaboración con The Conversation US, con fondos de Lilly Endowment Inc. La AP es la única responsable del contenido.
BOGOTÁ, Colombia (AP) — Un organismo internacional de vigilancia de los derechos humanos pidió el miércoles a los gobiernos de América Latina mejorar los esquemas de protección, otorgar estatus legal y revertir los “onerosos requisitos de visa” para millones de haitianos y venezolanos que han luchado para encontrar trabajo, acceso a atención médica y educación en los países anfitriones de Sudamérica, lo que los ha obligado a buscar cada vez más asilo en Estados Unidos .
En un informe que describe la situación de los migrantes haitianos y venezolanos, Human Rights Watch señaló que las políticas de integración y regularización “limitadas” en América del Sur están obligando a las personas vulnerables a dirigirse a Estados Unidos todos los meses. Para llegar a la frontera estadounidense, muchos solicitantes de asilo emprenden un largo y peligroso viaje que incluye cruzar el Tapón del Darién, una franja de selva sin caminos entre Colombia y Panamá.
El grupo instó a los gobiernos de América Latina a implementar un “régimen de protección a nivel regional que otorgue a todos los venezolanos y haitianos un estatus legal por un período fijo pero renovable de duración adecuada”, incluso si no califican para el estatus de refugiados según la legislación nacional.
El informe también pide a los gobiernos que eliminen las barreras que dificultan la integración de los migrantes y refugiados, incluida la legislación que impide a las personas obtener permisos de trabajo mientras buscan asilo en otros países.
“Si bien algunos gobiernos latinoamericanos han hecho esfuerzos encomiables para recibir a migrantes y solicitantes de asilo, los esfuerzos para regularizar la migración en la región a menudo han sido insuficientes debido a plazos restrictivos, procedimientos complejos, requisitos onerosos de documentación y demoras administrativas”, señala el informe, que analiza las políticas de asilo en países como Panamá, Colombia, Brasil, Perú y Chile. “Los sistemas de asilo también tienen problemas con una capacidad limitada, lo que resulta en demoras significativas”, señala el grupo.
Según funcionarios panameños, más de 700.000 migrantes han cruzado el Tapón del Darién en los últimos 18 meses rumbo a Estados Unidos. En lo que va de año, han cruzado unas 238.000 personas.
Alrededor del 65% de quienes cruzan la jungla pantanosa y traicionera son venezolanos que escapan de la crisis política y económica de su nación .
En lo que va de año, 11.000 haitianos han cruzado la selva rumbo a la frontera con Estados Unidos, según cifras publicadas por la agencia nacional de inmigración de Panamá. Si bien a principios de este año se estableció un nuevo gobierno interino en Haití, las pandillas siguen controlando el 80% de la capital, Puerto Príncipe, y millones de personas enfrentan una “inseguridad alimentaria aguda”, según la agencia alimentaria de la ONU.
Human Rights Watch dijo que los haitianos que viven en América del Sur tienen dificultades para obtener permisos de residencia o acceso a empleos formales, lo que hace cada vez más difícil mantener a sus familias en su país y los impulsa a dirigirse a Estados Unidos.
Los venezolanos también parecen estar teniendo dificultades para integrarse en los países sudamericanos, cuyas economías se han desacelerado después de la pandemia.
Según una investigación de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la mayoría de los venezolanos que buscan asilo en Estados Unidos ya han intentado establecerse en países como Perú, Chile, Colombia y Ecuador. Según un informe de julio de la agencia para los refugiados, el 66% de los venezolanos que cruzaron la selva del Darién ese mes dijeron haber vivido en países sudamericanos.
Radio América es una emisora de habla hispana que transmite desde la ciudad de Laurel en el estado de Maryland cubriendo con sus 1,900 vatios de potencia toda el área metropolitana de Washington D.C. en la cual residen cerca de 1 millón de Latinos.
Su propietario es Alejandro Carrasco considerado como la personalidad radial hispana mas influyente en Washington, Maryland y Virginia.
Su frecuencia, 900 AM una Ubicación ideal en el dial para alcanzar a toda la comunidad latina en el area metropolitana de Washington.