Oposiccion VenezuelaMARACAIBO, Venezuela (AP) — En la recta final de las elecciones presidenciales en Venezuela, la oposición se jugó el martes una importante carta con una movilización en la capital del estado de Zulia, que será decisivo en las votaciones del domingo por concentrar el mayor número de electores del país.
Entre un mar de banderas venezolanas y al grito de “¡y va caer, y caer, este gobierno va caer!”, varios miles de personas se concentraron en una de las principales avenidas de la ciudad de Maracaibo para acompañar la caravana encabezada por la líder opositora María Corina Machado y el candidato de la coalición Edmundo González.
Durante la visita a la ciudad occidental, Machado aprovechó para denunciar que las autoridades electorales no están permitiendo la acreditación masiva de los miles de testigos opositores que estarán en las mesas de votación el 28 de julio, e indicó que la situación fue reportada a los observadores internacionales. Hasta el momento el organismo electoral no se ha pronunciado sobre el caso.
La ciudad de Maracaibo, que en los últimos años ha padecido los rigores de la crisis económica con recurrentes fallas en los servicios eléctrico y de agua, fue el escenario del penúltimo acto de campaña opositor.
Entre la multitud estaba, Lornay Beatriz, una docente de 37 años, levantando una pancarta en la que se leía “juntos por una Venezuela próspera. No más apagones, colas, migración, división, y el regreso de la familia”, saludó a Machado y González que se trasladaban en la parte trasera de un camión.
La mujer no pudo evitar que se le llenaran los ojos de lágrimas al hablar de su hermana que migró junto a su hijo hace cinco años a Perú, afirmó que espera que un eventual triunfo de la oposición permita que “la mayoría de los venezolanos que están afuera regresen a donde pertenecen, a su país”.

Lunes calorEl lunes fue el día más caluroso registrado nunca, superando el récord establecido en la víspera, mientras países de todo el planeta, desde Japón a Bolivia o a Estados Unidos, siguen bajo la influencia de las altas temperaturas, según la agencia europea de cambio climático.
Los datos satelitales provisionales publicados por Copernicus a primera hora del miércoles mostraron que el lunes se batió la marca del día anterior en 0,06 grados Celsius (0,1 grados Fahrenheit).
Los científicos del clima afirman que el mundo está ahora igual de caliente que hace 125.000 años debido al cambio climático causado por el hombre. Aunque no pueden asegurar que el lunes haya sido el día de más calor a lo largo de ese periodo, no se habían visto temperaturas medias tan elevadas desde que los humanos desarrollaron la agricultura.
El aumento de las temperaturas en las últimas décadas coincide con lo que los climatólogos predecían que ocurriría si se seguían quemando combustibles fósiles a un ritmo cada vez mayor.
“Estamos en una época en la que, con frecuencia, los registros meterológicos y climáticos van más allá de nuestros niveles de tolerancia, lo que resulta en una pérdida insalvable de vidas y medios de subsistencia”, dijo Roxy Mathew Koll, científico climático del Instituto Indio de Meteorología Tropical.
Los datos preliminares de Copernicus muestran que la temperatura media global del lunes fue de 17,15 ºC, o 62,87 ºF. Más allá de los de esta semana, el récord previo databa del año pasado. Hasta entonces, el día de más calor se había registrado en 2016, con una temperatura promedio de 16,8 ºC o 62,24 ºF.

Maduro buscaAGUA CALIENTE, Venezuela (AP) — En un cruce de caminos, no muy lejos de una gasolinera cubierta de maleza, hombres y mujeres jóvenes vestidos con descoloridos uniformes verdes detienen a los vehículos que regresan de un mitin de opositores al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, piden a sus pasajeros que se identifiquen e inspeccionan sus autos, camiones y motos.
Este tipo de controles han proliferado en las vastas llanuras tropicales del país, en las boscosas tierras altas y en el litoral en vísperas de las elecciones presidenciales del domingo, con el objetivo de intimar, y ocasionalmente detener, a los críticos con el gobierno. A menudo piden un aventón, bananas o una “colaboración”, el eufemismo venezolano para un pequeño soborno.
Pero el juego de poder suele fracasar. Cuando sus superiores se esconden del sol abrasador, los soldados rasos delatan su descontento con Maduro y su apertura hacia un nuevo comandante en jefe.
“¿Sí llegó la señora? ¿Y había mucha gente?”, preguntó un aturdido soldado acerca de la líder opositora María Corina Machado.
“Queríamos verla pero aquí no hay WiFi”, susurró otro.
Desde su llegada al poder en 2013, Maduro no ha dudado en desplegar tropas para sofocar protestas mientras recompensaba a los altos mandos con lucrativos empleos gubernamentales y el control de industrias clave. Pero a unos días de una reñida votación que amenaza su control del poder, el autoproclamado socialista está trabajando más duro que nunca para apuntalar la lealtad de las fuerzas armadas — el árbitro tradicional de las disputas políticas en Venezuela — y mantener a la jerarquía bajo control.
En los últimos días, el presidente ha aparecido en la televisora estatal asistiendo a una ceremonia de graduación de 25.000 agentes de policía, elogiándolos como la primera línea de defensa frente a lo que calificó de intentos de los conservadores de provocar una tragedia. Además, ascendió a docenas de oficiales y concedió un nuevo título a su veterano ministro de Defensa, Vladimir Padrino López: ”General del pueblo soberano”.
“El destino de Venezuela depende de nuestra victoria”, afirmó Maduro en un mitin este mes. “Si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida producto de los fascistas, garanticemos el más grande éxito, la más grande victoria de la historia electoral de nuestro pueblo”.
La jerarquía militar se ha mantenido firme al lado de Maduro, metiéndose de lleno en el fango político en lugar de limitarse a su papel tradicional de proteger la votación.
El general Domingo Hernández Lárez, jefe del Estado Mayor Conjunto, publicó una foto en redes sociales en la que supuestamente aparecía Machado hablando frente a una pizarra blanca con notas que pedían la “eliminación” de las fuerzas armadas. Machado, a quien se le prohibió presentarse a los comicios y respalda al candidato suplente Edmundo Gonzalez, calificó la acusación de “noticia falsa”. Un grupo de monitoreo de la prensa dijo que la imagen estaba manipulada.
Los opositores de Maduro llevan tiempo tratando de ganarse a los escépticos dentro del ejército.
Las fuerzas armadas han sido una parte integral del control que ejerce Maduro sobre el poder desde que su mentor y predecesor, el excomandante Hugo Chávez, lideró un levantamiento contra un impopular gobierno de austeridad en 1992. Cuando Chávez salió elegido presidente en 1998, purgó a oficiales adoctrinados en Estados Unidos para luchar contra el comunismo, colocó a compañeros golpistas en los altos cargos y destinó la riqueza petrolera del país a aviones de combate y costoso material militar.
Maduro, sin el pedigrí militar de Chávez, ha impulsado a su propio grupo de aliados militares, muchos de los cuales, como él, enfrentan acusaciones de corrupción y de abusos de los derechos humanos.
La Guardia Nacional ha importado también de forma discreta material antimotines y ha renovado vehículos blindados que podrían utilizarse para sofocar posibles protestas, indicó el general retirado Rodolfo Camacho, un opositor a Maduro que escribe un reporte sobre asuntos militares.
Mientras, el gobierno no ha dudado en castigar a soldados que se salen de la línea marcada. Los efectivos de las fuerzas armadas constituyen alrededor de la mitad de los 301 opositores al presidente que están actualmente encarcelados y calificados como prisioneros políticos por la cooperativa de asistencia legal Foro Penal, con sede en Caracas.
El Ministerio de Defensa no respondió a una petición de comentarios enviada por correo electrónico.
Aunque nadie prevé una revuelta en los cuarteles, el descontento entre las bases es generalizado, apuntó William Brownfield, exembajador de Estados Unidos en Venezuela y miembro del Wilson Center en Washington.
A medida que la economía venezolana se iba descontrolando — con una contracción del 71% entre 2012 y 2020, mientras la inflación superaba el 130.000% — los bonos en efectivo y los beneficios concedidos a las familias militares han perdido gran parte de su lustre. La deserción ha aumentado entre los alrededor de 150.000 efectivos del ejército y muchos se han unido a los millones de venezolanos que huyen del país en lugar de defender un gobierno al que ya no respaldan.
“Los reclutas, el personal alistado y los oficiales de bajo rango no se están enriqueciendo”, dijo Brownfield. “Muchos probablemente tienen familiares que han huido de Venezuela y son susceptibles al mensaje de la oposición”.
El general Manuel Cristopher Figuera, antiguo jefe de espionaje, apuntó que el movimiento para desafiar a Maduro podría surgir en las bases en forma de negativa a reprimir posibles protestas. Los líderes de la oposición se han comprometido a “defender” su voto en caso de manipulación, y dada la reciente historia de violencia política, muchos venezolanos se están preparando para movilizaciones tras los comicios.
“No se van a rebelar pero tampoco van a obedecer órdenes”, apuntó Figuera, quien huyó del país en 2019 tras encabezar un intento fallido de sacar a Maduro del poder.
Algunos creen que Maduro no puede confiar tanto en sus aliados y ven a Padrino como una posible pieza clave. A sus 61 años, es uno de los últimos mandos venezolanos entrenados en Estados Unidos — estudió operaciones psicológicas en la Escuela de las Américas en Fort Benning, Georgia — antes de que Chávez cambiara de aliados en favor de Rusia, China e Irán.
En 2015, cuando la oposición arrasó en las elecciones parlamentarias, Padrino compareció en la televisora estatal flanqueado por sus altos mandos reconociendo los resultados antes de que el propio Maduro reconociese la derrota.
Y la jerarquía militar venezolana ya ha cambiado de opinión antes, la más notable en 1958, cuando derrocó al presidente Marcos Pérez Jiménez tras haber sido cómplice de su dictadura durante años.
“Si hay una avalancha de personas en la calle apoyando la oposición, entonces va haber mucha presión sobre Padrino”, afirmó Camacho, quien trabajó junto al ministro de Defensa antes de ser acusado de conspirar contra el gobierno y huir del país. “Él es la única pequeña esperanza que tengo”.
Goodman informó desde Caracas, Venezuela. El periodista de The Associated Press Jorge Rueda en Caracas contribuyó a este despacho.
JOSHUA GOODMAN
Goodman is a Miami-based investigative reporter who writes about the intersection of crime, corruption, drug trafficking and politics in Latin America. He previously spent two decades reporting from South America.
REGINA GARCÍA CANO
(AP/ Foto/Cristian Henandez)
Lula instaBRASILIA, Brasil (AP) — El presidente venezolano Nicolás Maduro debe respetar los resultados de las elecciones previstas para el domingo, señaló el lunes su homólogo brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, que dijo estar “asustado” por la referencia de Maduro de un posible baño de sangre postelectoral.
El mandatario brasileño enviará a un alto diplomático a la vecina Venezuela para que funja como observador de las elecciones.
“Maduro sabe que la única posibilidad para que Venezuela vuelva a la normalidad es tener un proceso electoral que sea respetado por todos”, dijo Lula a los periodistas en la residencia presidencial de Brasilia. “Tiene que respetar el proceso democrático”.
Maduro ha gobernado Venezuela desde 2013, asumiendo el poder tras la muerte de su predecesor y mentor Hugo Chávez. El hombre de 61 años ganó unas elecciones que sus adversarios consideraron que no fueron libres ni justas. Su reelección de 2018 fue ampliamente considerada una farsa, ya que a los principales partidos y candidatos de la oposición se les prohibió participar.
Su principal adversario será Edmundo González, un exdiplomático elegido por la coalición opositora para reemplazar en las urnas a la lideresa María Corina Machado.
“Si Maduro quiere contribuir a que el crecimiento regrese a Venezuela, a que la gente que salió de Venezuela regrese y a establecer un estado de crecimiento económico, necesita respetar el proceso democrático”, sostuvo Lula.
Lula, que durante muchos años se negó a criticar abiertamente al mandatario venezolano, anunció que enviará al exministro de Relaciones Exteriores Celso Amorim como observador de las elecciones del domingo. También estarán presentes otros observadores brasileños.
“Me asusté con la declaración de Maduro de que si pierde habrá un baño de sangre. Cuando pierdes, te vas a casa y te preparas para contender en otras elecciones”, subrayó Lula.
En las últimas semanas, Maduro y sus aliados han incrementado sus referencias de violencia postelectoral, afirmando que la oposición llevará a cabo protestas violentas y rechazará los resultados, que según el partido gobernante lo mostrarán victorioso.
“El destino de Venezuela, en el siglo XXI, depende de nuestra victoria el 28 de julio”, aseveró Maduro en un mitin este mes. “Si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida producto de los fascistas, garanticemos el más grande éxito, la más grande victoria de la historia electoral de nuestro pueblo”.
Lula añadió que intentó hablar con el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, en nombre del papa Francisco, sobre la decisión del mandatario izquierdista de expulsar a más de una docena de sacerdotes católicos romanos de la nación centroamericana. Pero Ortega no ha contestado el teléfono, afirmó el presidente brasileño.
“Nicaragua se ha convertido en un problema para Nicaragua”, dijo Lula, añadiendo que está abierto a dialogar con otros gobernantes, incluido el presidente argentino Javier Milei.
“Pero primero necesita disculparse”, añadió Lula. Milei ha criticado a su homólogo brasileño y ha evitado hablar de él desde que asumió la presidencia.
Lula, que a sus 78 años está al frente del gobierno brasileño por tercera ocasión, también señaló que respeta profundamente al mandatario estadounidense Joe Biden por tomar la decisión de retirarse de la contienda como candidato del Partido Demócrata para las elecciones de este año. Afirmó que trabajará con quien resulte ganador.
“Ya sea un candidato demócrata o (el candidato republicano, Donald) Trump, nuestra relación será una relación civilizada entre dos países importantes”, puntualizó.
La periodista de The Associated Press Regina García Cano contribuyó a este despacho desde Caracas.
(AP Foto/Eraldo Peres)
BY MAURICIO SAVARESE
PapeletaSABANETA, Venezuela (AP) — Las lágrimas ruedan por el rostro de Tanyia Colmenares cuando recuerda su sueño truncado de ser abogada, que terminó después de dos semestres en la escuela de derecho cuando tuvo que abandonar los estudios para sobrevivir a la compleja crisis de Venezuela.
Si bien nunca tuvo la oportunidad de defender a un cliente en la corte, aceptó intentar defender algo mucho más grande a finales de este mes: la democracia de Venezuela.
Colmenares se encuentra entre los miles de partidarios de la oposición típicamente fracturada de Venezuela que acordaron organizar, movilizar y apoyar a los votantes durante las muy esperadas elecciones presidenciales del 28 de julio .
La principal coalición de oposición confía en sus esfuerzos, algunos liderados por partidos y otros formados orgánicamente, para lograr que la gente acuda a las urnas a emitir su voto, así como para disuadir a los actores gubernamentales de intimidar o coaccionar a los votantes.
La falta de una autoridad electoral verdaderamente independiente hace que esa labor sea fundamental para que la alianza pueda verificar o impugnar los resultados. La coalición Plataforma Unitaria espera que la mera presencia de un gran número de votantes atentos fuera de los centros de votación neutralice algunas estrategias del partido gobernante que en el pasado los dejaron sin representantes dentro de los centros, los mantuvieron alejados del recuento de votos y los dejaron sin voz en caso de irregularidades.
La ciudad de Sabaneta, en el oeste de Venezuela, es la cuna del chavismo, el movimiento autodenominado socialista fundado por el fallecido presidente Hugo Chávez que ha dominado Venezuela desde principios de siglo. También es donde Colmenares se ha unido a otros nueve vecinos para promover el voto y garantizar que los partidarios de la oposición lleguen a su lugar de votación. Están listos para encontrar transporte para los votantes, brindar apoyo si se encuentran con puestos de control del partido gobernante o repartir agua o alimentos si se forman largas filas.
“Ya sea a través de las redes sociales, llamadas, mensajes de texto (o) personalmente, de cualquier manera que sea más fácil para las personas, lo importante es interactuar con la comunidad y hacer el trabajo”, dijo Colmenares, una madre de tres hijos que se queda en casa, después de una reunión del grupo del vecindario a principios de este mes.
Las elecciones de este mes no se parecen a ninguna otra que haya enfrentado el partido gobernante desde que Chávez fue elegido presidente en diciembre de 1998 y comenzó la transición de Venezuela hacia lo que él describió como el socialismo del siglo XXI.
El Partido Socialista Unido de Venezuela , liderado actualmente por el heredero de Chávez, el presidente Nicolás Maduro , es tan impopular como siempre entre muchos votantes. Los bajos precios del petróleo, la corrupción y la mala gestión económica del gobierno han sumido al país en una crisis que dura más de 11 años. Los jóvenes han tenido que renunciar a sus sueños universitarios, los niños han pasado hambre y millones han emigrado .
Las sanciones económicas impuestas la década pasada no lograron derrocar a Maduro, como Estados Unidos y otros gobiernos esperaban, pero contribuyeron al declive de Venezuela.
Los políticos de la oposición boicotearon durante años las elecciones que consideraban amañadas, pero superaron profundas divisiones para unirse en torno a un único candidato esta vez. Además, mantuvieron ese puesto en la boleta a pesar de la sostenida represión gubernamental , incluida la prohibición de participar en la contienda a María Corina Machado, la rival más fuerte de Maduro en su intento de obtener un tercer mandato.
Machado, quien ganó abrumadoramente las primarias de la coalición en octubre, ahora respalda al candidato sustituto de la coalición , el ex diplomático Edmundo González Urrutia.
Los encuestadores proyectan que hasta 13 millones de personas emitirán sus votos el 28 de julio.
La oposición estima que más de medio millón de personas se han registrado en su estructura algo flexible de grupos vecinales apodados “comanditos” (o pequeños comandos).
Los miembros del grupo, ya familiarizados con los esfuerzos del partido gobernante para inclinar la balanza en los días de elecciones, esperan que las gasolineras no abran, que los cortes de energía afecten a los bastiones de la oposición, que la policía y los leales a Maduro bloqueen las carreteras y que los militares limiten el acceso a los centros de votación.
Algunos grupos están realizando rifas y vendiendo hallacas tradicionales, parecidas a los tamales, para recaudar fondos para imprimir materiales promocionales para sus barrios y cocinar comidas para los partidarios de la oposición. Otros están almacenando gasolina en sus casas y ofreciendo sus autos o motocicletas para transportar a los votantes.
La coalición ha ordenado a todos que se queden fuera de los centros de votación después de votar para combatir el miedo entre los votantes y sus representantes en los centros de votación, cuyas tareas incluyen obtener una copia de los certificados de recuento impresos por las máquinas de votación electrónica después del cierre de las urnas. Se sabe que los leales al partido gobernante, incluidas las bandas armadas, han intimidado a los representantes de los centros de votación, conocidos como testigos, para que se queden en casa o abandonen sus funciones a mitad de la jornada electoral.
Las reglas electorales permiten a los partidos tener un testigo por cada mesa de votación instalada en los lugares de votación.
“Hemos acordado como comandito que después de votar, vamos a vigilar y ser garantes de los votos el 28 de julio”, dijo el organizador local Fidel Ortega durante una reunión del grupo. “Si Dios quiere, vamos a defender nuestro derecho al voto como venezolanos. El 28 votamos; el 29 celebramos; y de ahí en adelante, ganamos todos”.
Ortega estimó que partidarios de la oposición han formado al menos 40 grupos vecinales en el municipio que incluye a Sabaneta, que se encuentra en una vasta llanura de pastizales tropicales.
El Consejo Nacional Electoral, controlado por el gobierno, decidió instalar alrededor de 36.000 máquinas de votación. Muchos centros de votación están dispersos, lo que dificulta su control por parte de la oposición. Alrededor de un tercio de los votantes registrados en estas elecciones están asignados a centros de votación que cuentan con solo una o dos máquinas de votación.
El partido gobernante ha obtenido tradicionalmente la mayor parte de sus votos en estos centros de votación más pequeños y, para esta elección, el consejo electoral agregó 1.700 centros con una sola máquina. Los informes sobre intentos del partido gobernante de coaccionar y controlar la votación durante elecciones anteriores se han asociado principalmente con estos centros de votación con una y dos máquinas.
Aunque miles de personas se han registrado en sus grupos vecinales, el temor a represalias en caso de que se filtren los datos ha impedido que algunos partidarios de la oposición se unan formalmente a la movilización. Sin embargo, siguen gestionando grupos de amigos, familiares y compañeros de trabajo con los que planean coordinarse el 28 de julio.
“Hay que acompañar a la gente para que pierda el miedo”, dijo el profesor de secundaria Edgar Cuevas, quien trabajará en las mesas electorales el día de las elecciones. “Antes sí nos hacían sombra con sus bandas armadas y sus cosas, pero ahora, si llegan 10 pandilleros, pues nos van a encontrar a 20”.SABANETA, Venezuela (AP) — Las lágrimas ruedan por el rostro de Tanyia Colmenares cuando recuerda su sueño truncado de ser abogada, que terminó después de dos semestres en la escuela de derecho cuando tuvo que abandonar los estudios para sobrevivir a la compleja crisis de Venezuela.
Si bien nunca tuvo la oportunidad de defender a un cliente en la corte, aceptó intentar defender algo mucho más grande a finales de este mes: la democracia de Venezuela.
Colmenares se encuentra entre los miles de partidarios de la oposición típicamente fracturada de Venezuela que acordaron organizar, movilizar y apoyar a los votantes durante las muy esperadas elecciones presidenciales del 28 de julio .
La principal coalición de oposición confía en sus esfuerzos, algunos liderados por partidos y otros formados orgánicamente, para lograr que la gente acuda a las urnas a emitir su voto, así como para disuadir a los actores gubernamentales de intimidar o coaccionar a los votantes.
La falta de una autoridad electoral verdaderamente independiente hace que esa labor sea fundamental para que la alianza pueda verificar o impugnar los resultados. La coalición Plataforma Unitaria espera que la mera presencia de un gran número de votantes atentos fuera de los centros de votación neutralice algunas estrategias del partido gobernante que en el pasado los dejaron sin representantes dentro de los centros, los mantuvieron alejados del recuento de votos y los dejaron sin voz en caso de irregularidades.
La ciudad de Sabaneta, en el oeste de Venezuela, es la cuna del chavismo, el movimiento autodenominado socialista fundado por el fallecido presidente Hugo Chávez que ha dominado Venezuela desde principios de siglo. También es donde Colmenares se ha unido a otros nueve vecinos para promover el voto y garantizar que los partidarios de la oposición lleguen a su lugar de votación. Están listos para encontrar transporte para los votantes, brindar apoyo si se encuentran con puestos de control del partido gobernante o repartir agua o alimentos si se forman largas filas.
“Ya sea a través de las redes sociales, llamadas, mensajes de texto (o) personalmente, de cualquier manera que sea más fácil para las personas, lo importante es interactuar con la comunidad y hacer el trabajo”, dijo Colmenares, una madre de tres hijos que se queda en casa, después de una reunión del grupo del vecindario a principios de este mes.
Las elecciones de este mes no se parecen a ninguna otra que haya enfrentado el partido gobernante desde que Chávez fue elegido presidente en diciembre de 1998 y comenzó la transición de Venezuela hacia lo que él describió como el socialismo del siglo XXI.
El Partido Socialista Unido de Venezuela , liderado actualmente por el heredero de Chávez, el presidente Nicolás Maduro , es tan impopular como siempre entre muchos votantes. Los bajos precios del petróleo, la corrupción y la mala gestión económica del gobierno han sumido al país en una crisis que dura más de 11 años. Los jóvenes han tenido que renunciar a sus sueños universitarios, los niños han pasado hambre y millones han emigrado .
Las sanciones económicas impuestas la década pasada no lograron derrocar a Maduro, como Estados Unidos y otros gobiernos esperaban, pero contribuyeron al declive de Venezuela.
Los políticos de la oposición boicotearon durante años las elecciones que consideraban amañadas, pero superaron profundas divisiones para unirse en torno a un único candidato esta vez. Además, mantuvieron ese puesto en la boleta a pesar de la sostenida represión gubernamental , incluida la prohibición de participar en la contienda a María Corina Machado, la rival más fuerte de Maduro en su intento de obtener un tercer mandato.
Machado, quien ganó abrumadoramente las primarias de la coalición en octubre, ahora respalda al candidato sustituto de la coalición , el ex diplomático Edmundo González Urrutia.
Los encuestadores proyectan que hasta 13 millones de personas emitirán sus votos el 28 de julio.
La oposición estima que más de medio millón de personas se han registrado en su estructura algo flexible de grupos vecinales apodados “comanditos” (o pequeños comandos).
Los miembros del grupo, ya familiarizados con los esfuerzos del partido gobernante para inclinar la balanza en los días de elecciones, esperan que las gasolineras no abran, que los cortes de energía afecten a los bastiones de la oposición, que la policía y los leales a Maduro bloqueen las carreteras y que los militares limiten el acceso a los centros de votación.
Algunos grupos están realizando rifas y vendiendo hallacas tradicionales, parecidas a los tamales, para recaudar fondos para imprimir materiales promocionales para sus barrios y cocinar comidas para los partidarios de la oposición. Otros están almacenando gasolina en sus casas y ofreciendo sus autos o motocicletas para transportar a los votantes.
La coalición ha ordenado a todos que se queden fuera de los centros de votación después de votar para combatir el miedo entre los votantes y sus representantes en los centros de votación, cuyas tareas incluyen obtener una copia de los certificados de recuento impresos por las máquinas de votación electrónica después del cierre de las urnas. Se sabe que los leales al partido gobernante, incluidas las bandas armadas, han intimidado a los representantes de los centros de votación, conocidos como testigos, para que se queden en casa o abandonen sus funciones a mitad de la jornada electoral.
Las reglas electorales permiten a los partidos tener un testigo por cada mesa de votación instalada en los lugares de votación.
“Hemos acordado como comandito que después de votar, vamos a vigilar y ser garantes de los votos el 28 de julio”, dijo el organizador local Fidel Ortega durante una reunión del grupo. “Si Dios quiere, vamos a defender nuestro derecho al voto como venezolanos. El 28 votamos; el 29 celebramos; y de ahí en adelante, ganamos todos”.
Ortega estimó que partidarios de la oposición han formado al menos 40 grupos vecinales en el municipio que incluye a Sabaneta, que se encuentra en una vasta llanura de pastizales tropicales.
El Consejo Nacional Electoral, controlado por el gobierno, decidió instalar alrededor de 36.000 máquinas de votación. Muchos centros de votación están dispersos, lo que dificulta su control por parte de la oposición. Alrededor de un tercio de los votantes registrados en estas elecciones están asignados a centros de votación que cuentan con solo una o dos máquinas de votación.
El partido gobernante ha obtenido tradicionalmente la mayor parte de sus votos en estos centros de votación más pequeños y, para esta elección, el consejo electoral agregó 1.700 centros con una sola máquina. Los informes sobre intentos del partido gobernante de coaccionar y controlar la votación durante elecciones anteriores se han asociado principalmente con estos centros de votación con una y dos máquinas.
Aunque miles de personas se han registrado en sus grupos vecinales, el temor a represalias en caso de que se filtren los datos ha impedido que algunos partidarios de la oposición se unan formalmente a la movilización. Sin embargo, siguen gestionando grupos de amigos, familiares y compañeros de trabajo con los que planean coordinarse el 28 de julio.
“Hay que acompañar a la gente para que pierda el miedo”, dijo el profesor de secundaria Edgar Cuevas, quien trabajará en las mesas electorales el día de las elecciones. “Antes sí nos hacían sombra con sus bandas armadas y sus cosas, pero ahora, si llegan 10 pandilleros, pues nos van a encontrar a 20”.SABANETA, Venezuela (AP) — Las lágrimas ruedan por el rostro de Tanyia Colmenares cuando recuerda su sueño truncado de ser abogada, que terminó después de dos semestres en la escuela de derecho cuando tuvo que abandonar los estudios para sobrevivir a la compleja crisis de Venezuela.
Si bien nunca tuvo la oportunidad de defender a un cliente en la corte, aceptó intentar defender algo mucho más grande a finales de este mes: la democracia de Venezuela.
Colmenares se encuentra entre los miles de partidarios de la oposición típicamente fracturada de Venezuela que acordaron organizar, movilizar y apoyar a los votantes durante las muy esperadas elecciones presidenciales del 28 de julio .
La principal coalición de oposición confía en sus esfuerzos, algunos liderados por partidos y otros formados orgánicamente, para lograr que la gente acuda a las urnas a emitir su voto, así como para disuadir a los actores gubernamentales de intimidar o coaccionar a los votantes.
La falta de una autoridad electoral verdaderamente independiente hace que esa labor sea fundamental para que la alianza pueda verificar o impugnar los resultados. La coalición Plataforma Unitaria espera que la mera presencia de un gran número de votantes atentos fuera de los centros de votación neutralice algunas estrategias del partido gobernante que en el pasado los dejaron sin representantes dentro de los centros, los mantuvieron alejados del recuento de votos y los dejaron sin voz en caso de irregularidades.
La ciudad de Sabaneta, en el oeste de Venezuela, es la cuna del chavismo, el movimiento autodenominado socialista fundado por el fallecido presidente Hugo Chávez que ha dominado Venezuela desde principios de siglo. También es donde Colmenares se ha unido a otros nueve vecinos para promover el voto y garantizar que los partidarios de la oposición lleguen a su lugar de votación. Están listos para encontrar transporte para los votantes, brindar apoyo si se encuentran con puestos de control del partido gobernante o repartir agua o alimentos si se forman largas filas.
“Ya sea a través de las redes sociales, llamadas, mensajes de texto (o) personalmente, de cualquier manera que sea más fácil para las personas, lo importante es interactuar con la comunidad y hacer el trabajo”, dijo Colmenares, una madre de tres hijos que se queda en casa, después de una reunión del grupo del vecindario a principios de este mes.
Las elecciones de este mes no se parecen a ninguna otra que haya enfrentado el partido gobernante desde que Chávez fue elegido presidente en diciembre de 1998 y comenzó la transición de Venezuela hacia lo que él describió como el socialismo del siglo XXI.
El Partido Socialista Unido de Venezuela , liderado actualmente por el heredero de Chávez, el presidente Nicolás Maduro , es tan impopular como siempre entre muchos votantes. Los bajos precios del petróleo, la corrupción y la mala gestión económica del gobierno han sumido al país en una crisis que dura más de 11 años. Los jóvenes han tenido que renunciar a sus sueños universitarios, los niños han pasado hambre y millones han emigrado .
Las sanciones económicas impuestas la década pasada no lograron derrocar a Maduro, como Estados Unidos y otros gobiernos esperaban, pero contribuyeron al declive de Venezuela.
Los políticos de la oposición boicotearon durante años las elecciones que consideraban amañadas, pero superaron profundas divisiones para unirse en torno a un único candidato esta vez. Además, mantuvieron ese puesto en la boleta a pesar de la sostenida represión gubernamental , incluida la prohibición de participar en la contienda a María Corina Machado, la rival más fuerte de Maduro en su intento de obtener un tercer mandato.
Machado, quien ganó abrumadoramente las primarias de la coalición en octubre, ahora respalda al candidato sustituto de la coalición , el ex diplomático Edmundo González Urrutia.
Los encuestadores proyectan que hasta 13 millones de personas emitirán sus votos el 28 de julio.
La oposición estima que más de medio millón de personas se han registrado en su estructura algo flexible de grupos vecinales apodados “comanditos” (o pequeños comandos).
Los miembros del grupo, ya familiarizados con los esfuerzos del partido gobernante para inclinar la balanza en los días de elecciones, esperan que las gasolineras no abran, que los cortes de energía afecten a los bastiones de la oposición, que la policía y los leales a Maduro bloqueen las carreteras y que los militares limiten el acceso a los centros de votación.
Algunos grupos están realizando rifas y vendiendo hallacas tradicionales, parecidas a los tamales, para recaudar fondos para imprimir materiales promocionales para sus barrios y cocinar comidas para los partidarios de la oposición. Otros están almacenando gasolina en sus casas y ofreciendo sus autos o motocicletas para transportar a los votantes.
La coalición ha ordenado a todos que se queden fuera de los centros de votación después de votar para combatir el miedo entre los votantes y sus representantes en los centros de votación, cuyas tareas incluyen obtener una copia de los certificados de recuento impresos por las máquinas de votación electrónica después del cierre de las urnas. Se sabe que los leales al partido gobernante, incluidas las bandas armadas, han intimidado a los representantes de los centros de votación, conocidos como testigos, para que se queden en casa o abandonen sus funciones a mitad de la jornada electoral.
Las reglas electorales permiten a los partidos tener un testigo por cada mesa de votación instalada en los lugares de votación.
“Hemos acordado como comandito que después de votar, vamos a vigilar y ser garantes de los votos el 28 de julio”, dijo el organizador local Fidel Ortega durante una reunión del grupo. “Si Dios quiere, vamos a defender nuestro derecho al voto como venezolanos. El 28 votamos; el 29 celebramos; y de ahí en adelante, ganamos todos”.
Ortega estimó que partidarios de la oposición han formado al menos 40 grupos vecinales en el municipio que incluye a Sabaneta, que se encuentra en una vasta llanura de pastizales tropicales.
El Consejo Nacional Electoral, controlado por el gobierno, decidió instalar alrededor de 36.000 máquinas de votación. Muchos centros de votación están dispersos, lo que dificulta su control por parte de la oposición. Alrededor de un tercio de los votantes registrados en estas elecciones están asignados a centros de votación que cuentan con solo una o dos máquinas de votación.
El partido gobernante ha obtenido tradicionalmente la mayor parte de sus votos en estos centros de votación más pequeños y, para esta elección, el consejo electoral agregó 1.700 centros con una sola máquina. Los informes sobre intentos del partido gobernante de coaccionar y controlar la votación durante elecciones anteriores se han asociado principalmente con estos centros de votación con una y dos máquinas.
Aunque miles de personas se han registrado en sus grupos vecinales, el temor a represalias en caso de que se filtren los datos ha impedido que algunos partidarios de la oposición se unan formalmente a la movilización. Sin embargo, siguen gestionando grupos de amigos, familiares y compañeros de trabajo con los que planean coordinarse el 28 de julio.
“Hay que acompañar a la gente para que pierda el miedo”, dijo el profesor de secundaria Edgar Cuevas, quien trabajará en las mesas electorales el día de las elecciones. “Antes sí nos hacían sombra con sus bandas armadas y sus cosas, pero ahora, si llegan 10 pandilleros, pues nos van a encontrar a 20”.
(Foto AP/Cristian Hernandez)

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Radio América es una emisora de habla hispana que transmite desde la ciudad de Laurel en el estado de Maryland cubriendo con sus 1,900 vatios de potencia toda el área metropolitana de Washington D.C. en la cual residen cerca de 1 millón de Latinos.

Su propietario es Alejandro Carrasco considerado como la personalidad radial hispana mas influyente en Washington, Maryland y Virginia.

Su frecuencia, 900 AM una Ubicación ideal en el dial para alcanzar a toda la comunidad latina en el area metropolitana de Washington.

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Suite 102
Cabina: 301-6100900
Recepción: 301-942-3500
Fax: 301-942-7798
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