PUERTO PRÍNCIPE, Haití (AP) — Activistas haitianos exigieron el jueves que otros países detengan temporalmente las deportaciones a su país debido a un aumento en la violencia de las pandillas y el agravamiento de la pobreza.
Decenas de miles de personas han sido deportadas a Haití en el último mes, principalmente desde República Dominicana, cuyo presidente recientemente se comprometió a deportar a unos 10.000 migrantes por semana.
El país caribeño, que comparte la isla de La Española con Haití, ha deportado a casi 61.000 migrantes a Haití en el último mes, según las cifras más recientes del gobierno.
En octubre, Estados Unidos deportó a 258 haitianos, mientras que las islas Turcas y Caicos, Jamaica y las Bahamas deportaron un total combinado de 231, según Sam Guillaume, portavoz del Grupo de apoyo para retornados y refugiados de Haití.
Guillaume señaló que muchos de los deportados a Haití se quedan sin hogar.
“Muchos de ellos no pueden regresar a casa porque su vecindario está controlado por pandillas”, dijo.
Como resultado, algunos deportados están viviendo temporalmente a lo largo de la frontera de Haití con República Dominicana con la esperanza de cruzar de nuevo.
Las pandillas ahora controlan el 85% de la capital de Haití, Puerto Príncipe, y los hombres armados han sido implacables en atacar comunidades que una vez fueron pacíficas.
Los deportados ahora se unen a las más de 700.000 personas que han quedado sin hogar por la violencia de las pandillas en los últimos años.
Entre ese grupo hay más de 12.000 que huyeron de los vecindarios en Puerto Príncipe tras los ataques del mes pasado, según la Organización Internacional para las Migraciones de la ONU.
Aquellos detenidos para ser deportados en República Dominicana están siendo forzados a entrar en cárceles superpobladas sin agua, sin comida y sin camas, y cuando defienden sus derechos, a veces son atacados con gases lacrimógenos, dijo Guillaume.
“Las personas están siendo tratadas como criminales”, afirmó.
Añadió que algunas organizaciones que ayudan a los haitianos en República Dominicana también están siendo atacadas.
Julio Caraballo, portavoz de la oficina de migración de República Dominicana, negó las acusaciones de que el gobierno está maltratando a los migrantes detenidos.
“Tienen garantizado el desayuno, comida y cena e incluso hay un personal médico para verificar la condición de su salud”, dijo.
Caraballo señaló que se instalaron cocinas móviles fuera de los centros de detención para manejar la demanda.
Añadió que las deportaciones se llevan a cabo con “respeto a la integridad física de los detenidos, con respeto a los derechos humanos y con dignidad”.
Por su lado, Guillaume indicó que los dominicanos que están traficando haitianos a su país a veces los secuestran y exigen hasta 300 dólares por su liberación.
Katia Bonte, coordinadora del Grupo de apoyo para retornados y refugiados de Haití, dijo que los migrantes a los que están asistiendo necesitan urgentemente alimentos, agua, ayuda médica, kits de higiene y otros suministros esenciales.
La solicitud de detener temporalmente las deportaciones surge mientras el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, promete deportaciones masivas una vez que asuma el cargo, aunque aún quedan muchas preguntas sobre cómo lo haría su administración.
El grupo Haitian Women for Haitian Refugees (Mujeres Haitianas por los Refugiados Haitianos), con sede en Nueva York, dijo el jueves que los refugiados, migrantes y otros “enfrentarán desafíos crecientes” a raíz del resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Contribuyeron los periodistas de Associated Press Martín Adames Alcántara en República Dominicana y Dánica Coto en San Juan, Puerto Rico.
Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos cambió al instante los cálculos de millones de migrantes, o potenciales migrantes, en todo el mundo.
Pero quizás no de la manera que Trump imaginaba.
El republicano ha prometido reducir la inmigración, pero restringir las ya limitadas vías legales de entrada a Estados Unidos sólo hará que esas personas ajusten sus planes y recurran más a los servicios de traficantes, coinciden los expertos.
Y, en la gran mayoría de los casos, eso significa ponerse en manos del crimen organizado, que ha hecho del tráfico de migrantes uno de sus negocios más lucrativos.
Los posibles afectados son hombres, mujeres y niños de decenas de países. Muchos ya iniciaron el viaje, aunque tuvieran que venderlo todo para financiarlo, incluso sus casas.
Los venezolanos siguen llegando a la frontera sur estadounidense, aunque sea más lentamente. Los mexicanos representaron la mitad de las detenciones de la Patrulla Fronteriza en septiembre. Los chinos llegan a través de Ecuador y se abren camino hacia el norte. Los senegaleses compran vuelos con escala hasta Nicaragua para luego seguir avanzando desde ahí.
La Organización Internacional para las Migraciones calcula que hay unos 281 millones de migrantes en el mundo, el 3,6% de la población mundial. Según su informe anual, cada vez más personas se verán desplazadas por motivos políticos, económicos o por la violencia, y cada vez más migrantes buscarán asilo.
Y advierte que cuando las personas no encuentran vías legales, empiezan a buscar “canales irregulares que son extremadamente peligrosos”.
Durante el primer mandato de Trump, las ciudades fronterizas mexicanas estaban saturadas de migrantes. Los cárteles se cebaban en ellos: los secuestraban, extorsionaban a sus familias, los reclutaban a la fuerza para que formaran parte de sus filas. Llegaban por cientos cada día, y miles de personas se veían obligadas a esperar en México el proceso de solicitud de asilo estadounidense, que puede durar años.
El gobierno de Joe Biden puso en marcha un programa, llamado CBP One, que puso algo de orden. Desde su introducción a principios de 2023, los migrantes ya no tienen que presentarse en el puesto fronterizo para concertar una cita, sino que pueden hacerlo a través de internet y desde sus propios celulares. Los albergues fronterizos, antaño desbordados, se han vaciado y muchas familias hacen todo lo posible por seguir la vía legal.
Trump ha prometido acabar con el CBP One. También quiere volver a restringir el reasentamiento de refugiados en el interior de Estados Unidos, y advirtió durante toda su campaña que emprendería deportaciones masivas.
Pero aunque su victoria fue desalentadora y preocupante para quienes están ya en la ruta hacia Estados Unidos, no fue un punto de inflexión.
El martes por la noche, Bárbara Rodríguez, una venezolana de 33 años, debería haber estado durmiendo después de caminar más de 13 kilómetros (8 millas) bajo el calor tropical del sur de México junto a otros 2.500 migrantes de distintas nacionalidades.
Pero en lugar de descansar, estaba pegada a su celular revisando el recuento de votos en Estados Unidos.
Meses atrás, en Caracas, donde vivía, Rodríguez ayudó a la oposición venezolana a supervisar las elecciones en un centro de votación durante los comicios de julio. Después de que el presidente Nicolás Maduro se proclamara reelegido, sus partidarios empezaron a acosar a su familia.
“Ese mismo mes decidí cambiar de rumbo: o estaba en riesgo la vida de mi familia o había que salir del país”. En septiembre vendió su casa y dejó a sus tres hijos con su madre.
Ahora, su plan de lograr una cita con CBP One para solicitar asilo en la frontera estadounidense y poder entrar legalmente a ese país tiene fecha de caducidad.
“Cambiaron los planes, tenemos hasta el 20 de enero”, dijo en referencia a la fecha de toma de posesión del próximo presidente. Por eso, aunque durante su viaje ya vivió lo que era estar secuestrada, no descarta acudir a un traficante para llegar a su destino.
Martha Bárcena, quien fungió como embajadora de México en Estados Unidos durante parte del primer gobierno de Trump, reconoció que los migrantes fueron los grandes perdedores de sus políticas y que eso podría volver a ocurrir.
“El crimen organizado es el mayor beneficiario, porque ya los ingresos por tráfico ilícito de personas son iguales o superiores a los ingresos de tráfico de drogas”, afirmó.
La guatemalteca Estefanía Ramos se despertó preocupada el miércoles en un albergue de Ciudad Juárez, que colinda con El Paso, Texas.
“Estamos viendo qué va a pasar con nosotros”, dijo apesadumbrada la joven de 19 años. “Este no era el plan”.
Ella y su marido abandonaron Guatemala después de que, según dijo, una pandilla lo amenazara a él con hacerle daño y a ella con secuestrarla. Llevan tres meses esperando una cita con el CBP One. Hace dos meses tuvieron una niña.
El miércoles, cerca del albergue, docenas de solicitantes de asilo con cita esperaban pacientemente a que les llamaran para cruzar el puente internacional.
Ramos confiaba en ser pronto una de esas personas. “Si tenemos oportunidad de seguir esperando la cita, la vamos a seguir esperando”, explicó. “Queremos hacer las cosas bien y que la nena tenga una seguridad allá”.
Gretchen Kuhner, directora de IMUMI, una organización no gubernamental de México que ofrece servicios jurídicos, estuvo la semana pasada en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, en el sur del país, donde encontró familias migrantes con niños pequeños viviendo en la calle.
“Están cargando sus teléfonos móviles todos los días en algún lugar improvisado en la calle para comprobar (si lograron o no) sus citas CBP One... mientras amamantan a sus bebés y duermen en una tienda de campaña sin agua”, explicó Kuhner. “Las personas que necesitan protección realmente están intentando hacerlo de la manera correcta”.
Más restricciones en el ya difícil proceso, tal y como Trump ha anunciado, dejarían a todos los migrantes en una situación mucho más vulnerable y con pocas opciones, dijo Mark Hetfield, CEO de la organización de apoyo a refugiados con sede en Estados Unidos HIAS.
“Significaría que no tienen a dónde ir porque hay muchos, muchos países en el hemisferio donde no existe un sistema de asilo o donde aunque puedas recibir refugio, eso no significa que necesariamente estés a salvo”, señaló.
Y luego está el fantasma de las deportaciones masivas.
Trump ya lanzá esta amenaza durante su anterior presidencia. No la cumplió, pero aun así supone una preocupación real.
Los retornos a países como Cuba y Venezuela podrían complicarse por los conflictos diplomáticos con esos países, aunque el mandatario venezolano emitió el miércoles un mensaje conciliador de felicitación a Trump. En Haití, defensores de los derechos humanos exigieron el jueves a todos los países, incluido Estados Unidos, que detengan las deportaciones debido a la crisis interna que vive el país.
Pero, sin duda, ningún lugar se verá más afectado que México. De los 11 millones de mexicanos que viven en Estados Unidos, unos 5 millones no tienen su situación migratoria legalizada. Y las deportaciones masivas sacudirían las finanzas de millones de familias mexicanas y de toda la economía nacional porque los mexicanos enviaron a sus casas el año pasado más de 63.000 millones de dólares en remesas, la mayoría desde Estados Unidos.
El gobierno de México dice estar preparado para lo que pueda venir, pero los defensores de los migrantes y los directores de albergues en México afirman que no han oído hablar de ningún plan de las autoridades para hacer frente a un gran número de deportados.
“La sociedad civil no está en condición de recibir esa cantidad de gente”, dijo Rafael Velásquez García, director para México del Comité Internacional de Rescate. “Y seamos honestos, es sociedad civil la que lleva en los hombros la mayor cantidad de la respuesta humanitaria hacia gente deportada y gente de tránsito”.
México necesita prepararse para todo tipo de presiones procedentes de la futura administración Trump, advirtió Carlos Pérez Ricart, profesor de relaciones internacionales en el centro de investigación pública mexicano CIDE.
“Lo que México tiene que aceptar es que nuestro país va a ser país de retención de migrantes, quieran o no”, aseguró. “Trump va a deportar miles de personas, si no millones, y va a impedir el flujo de migrantes”.
Pesce reportó desde Ciudad Juárez. El periodista de The Associated Press Juan Zamorano contribuyó a este despacho desde Panamá.
By CHRISTOPHER SHERMAN, MARÍA VERZA and FERNANDA PESCE
SAN JUAN, Puerto Rico (AP) — La tormenta tropical Rafael se intensificó el miércoles a un huracán de categoría 2 rumbo al oeste de Cuba.
Es otro golpe de mala suerte para Cuba, que está lidiando con apagones mientras enfrenta las secuelas de otro huracán que pasó hace dos semanas y dejó al menos seis muertos en la parte oriental de la isla.
La tormenta se encontraba a 140 kilómetros (90 millas) al este suroeste de la Isla de la Juventud y a unos 260 km (160 millas) al sur-suroeste de La Habana. Tenía vientos máximos sostenidos de 160 km/h (100 mph) y se movía hacia el noroeste a 22 km/h (14 mph), según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC) con sede en Miami.
Los meteorólogos prevén que Rafael impactará Cuba el miércoles después de ocasionar lluvias en Jamaica y las Islas Caimán el martes. El NHC advirtió sobre inundaciones y deslizamientos de tierra.
El Departamento de Estado de Estados Unidos emitió el martes un aviso para Cuba, poniendo a disposición vuelos para que su personal no esencial y ciudadanos estadounidenses salgan de la isla. También recomendó “reconsiderar viajar a Cuba debido al posible impacto de la tormenta tropical Rafael”.
En tanto, la agencia de Protección Civil de Cuba envió el martes un mensaje por redes sociales a la población para que se prepare lo antes posible, destacando la importancia de permanecer en un sitio fijo una vez que la tormenta toque tierra. El lunes, las autoridades dijeron que habían emitido una orden de evacuación para 37.000 personas en la provincia de Guantánamo, el extremo oriental de Cuba, debido al mal tiempo.
Hay una alerta de huracán vigente para las Islas Caimán y las provincias cubanas de Pinar del Río, Artemisa, La Habana, Mayabeque, Matanzas y la Isla de la Juventud.
Además, se emitió una alerta de tormenta tropical para las provincias cubanas de Villa Clara, Cienfuegos, Sancti Spíritus y Ciego de Ávila, así como para los Cayos de Florida inferiores y medios desde Key West hasta el oeste del puente Channel 5, y Dry Tortugas. La alerta se retiró en Jamaica después de que la tormenta pasó por la costa oeste.
Rafael dejó sin electricidad a Jamaica el martes y causó inundaciones y deslaves.
El Servicio Público de Jamaica, el proveedor de electricidad de la isla, dijo en un comunicado el martes por la noche que las carreteras intransitables impedían que las cuadrillas restablecieran la luz en algunas áreas.
Los meteorólogos advirtieron que Rafael desataría fuertes lluvias en el Caribe occidental que podrían provocar inundaciones y deslaves en partes de Cuba y las Islas Caimán.
Los pronósticos también indican fuertes lluvias que se extenderían hacia el norte hasta llegar a Florida y áreas cercanas a la región sureste de Estados Unidos el resto de la semana. El centro de huaracanes pronosticó marejadas ciclónicas en Florida que podrían alcanzar de 30 centímetros a un metro (1 a 3 pies) en Dry Tortugas y de 30 a 60 centímetros (1 a 2 pies) en los Cayos de Florida inferiores. Además, se anticipa que se originen algunos tornados el miércoles sobre los Cayos y el extremo suroccidental del territorio continental de Florida.
Rafael es la 17ma tormenta con nombre de la temporada.
La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) pronosticó que la temporada de huracanes de 2024 probablemente estaría muy por encima de la media, con entre 17 y 25 tormentas con nombre. El pronóstico indicaba la posibilidad de hasta 13 huracanes y cuatro huracanes de categoría 3 o mayor.
Una temporada promedio de huracanes en el Atlántico produce 14 tormentas con nombre, siete de ellas huracanes y tres de categoría 3 o mayor.
Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Durante los últimos seis años, México se jactó de su cuestionada estrategia de “abrazos, no balazos”, en la que sus líderes evitaban enfrentamientos con los cárteles de la droga que gradualmente tomaban el control de grandes partes del país. La idea era que los programas sociales, no los tiroteos, agotarían gradualmente la reserva de pistoleros de los cárteles.
Ahora, un mes después del inicio del mandato de la nueva presidenta Claudia Sheinbaum, una serie de enfrentamientos sangrientos sugiere que el gobierno está abandonando silenciosamente la parte de “sin balas” de esa estrategia y está mucho más dispuesto a utilizar toda la fuerza del ejército y la Guardia Nacional militarizada.
Pero el desafío que México enfrenta ahora es diferente al que tuvo que afrontar durante la guerra contra las drogas de 2006-2012. Los cárteles de hoy están más diversificados, están más arraigados en el tráfico de migrantes y están más dispuestos a utilizar reclutas extranjeros y adolescentes para engrosar sus filas.
Todo eso ha dado lugar a una serie de enfrentamientos violentos en los que las fuerzas de seguridad que disparan contra convoyes sospechosos de pertenecer a cárteles de la droga acaban matando a transeúntes y migrantes, y se informa de un balance desequilibrado de muertos en el que los soldados no resultan heridos pero la mayoría de los sospechosos son aniquilados.
Sheinbaum ha evitado cuidadosamente utilizar el lema “abrazos, no balazos” popularizado por su predecesor y mentor, el expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien dejó el cargo el 30 de septiembre. Después de todo, se ha comprometido a continuar con todas y cada una de las políticas de López Obrador. Su oficina no respondió a una solicitud de comentarios.
Pero Sheinbaum ha tenido que hacer cierta gimnasia verbal para evitar repudiar por completo la política.
“Claramente no se trata de abrazos para criminales, nadie ha dicho eso”, dijo Sheinbaum poco después de asumir el cargo. Los abrazos, dijo, estaban destinados a jóvenes pobres, para evitar que los reclutaran como sicarios de los cárteles.
“Hay indicios de un cambio de tono en relación con el crimen organizado, pero es demasiado pronto para decirlo”, dijo Falko Ernst, analista de seguridad. “Parece improbable que la administración de Sheinbaum se arriesgue a un flujo constante y políticamente inconveniente de imágenes violentas al apostar por una estrategia de balazos al por mayor”, pero puede haber más disposición a enfrentar “las demostraciones de poder más abiertas y descaradas” de los cárteles.
Pero es difícil imaginar a Sheinbaum elogiando públicamente a los capos de la droga por comportarse bien, o diciendo —como lo hizo López Obrador— que los “delatará ante sus padres y abuelos” si causan demasiada violencia.
Tampoco ha estado dispuesta a tolerar que criminales tomen a policías y soldados como rehenes, o a alardear de reducciones en el “índice de letalidad” de México —la medida de sospechosos muertos, heridos o detenidos, en comparación con las bajas en las fuerzas del orden— como lo hizo su predecesor.
López Obrador canceló en 2019 la detención del capo de la droga Ovidio Guzmán y ordenó su liberación, después de que su cártel de Sinaloa amenazara con sumir en el caos a la ciudad norteña de Culiacán para obtener su libertad. López Obrador dijo que tomó la decisión para evitar un derramamiento de sangre.
La gestión de Sheinbaum ha sido un poco diferente. En su primer día en el cargo, soldados en el estado sureño de Chiapas abrieron fuego contra un camión que “parecía uno usado por grupos criminales”. Pero después de dispararle al camión, sólo encontraron migrantes, seis de los cuales murieron y 10 resultaron heridos .
Diez días después, tropas del ejército y de la Guardia Nacional mataron a tres transeúntes inocentes mientras perseguían a presuntos pistoleros. Y este fin de semana, la Guardia Nacional abrió fuego contra un camión que transportaba migrantes, matando a dos colombianos e hiriendo al menos a cuatro .
Además, hay un balance desigual de muertos: López Obrador siempre criticó a las administraciones anteriores por los tiroteos en los que todos los sospechosos eran asesinados y muy pocos eran capturados con vida. Pero en la tercera semana de Sheinbaum en el cargo, los soldados en Sinaloa mataron a 19 sospechosos de pertenecer a un cártel de la droga y arrestaron a uno en un enfrentamiento, pero no sufrieron ni un rasguño.
Y hacia el final de su primer mes en el cargo, los soldados que perseguían a los pistoleros del cártel que habían matado a dos policías locales mataron a 17 de ellos, pero no perdieron a ningún soldado. La mayoría de los muertos, y 10 de los 15 pistoleros arrestados en el enfrentamiento, eran guatemaltecos.
“La estrategia de abrazos y no balazos terminó hace tiempo”, dijo el analista de seguridad David Saucedo, señalando un aumento en el número de arrestos de narcotraficantes de alto nivel y extradiciones de sospechosos. “El gobierno de Estados Unidos presionó a Andrés Manuel López Obrador para que reanudara la captura de capos de la droga de alto nivel”.
Una de las diferencias clave que enfrenta Sheinbaum es que los cárteles mexicanos se han involucrado en el lucrativo negocio del contrabando de migrantes desde países lejanos.
En el pasado, los cárteles se llevaban una parte de los contrabandistas que trasladaban a los centroamericanos, que solían constituir la gran mayoría de quienes cruzaban México para llegar a Estados Unidos. Esos migrantes pagaban cientos o unos pocos miles de dólares por persona.
Desde que los contrabandistas abrieron una nueva ruta a través del Tapón del Darién , gente de lugares más lejanos ha estado cruzando México y pueden pagar tarifas de contrabando mucho más altas.
Al mismo tiempo, la campaña contra la inmigración ilegal en Estados Unidos y México ha provocado que un número significativo de centro y sudamericanos no tengan ahora ninguna vía para entrar a Estados Unidos, dijo el analista militar Juan Ibarrola, señalando que “es un gran negocio, y es un negocio mucho más rentable que las drogas”.
Ibarrola afirma que los cárteles ahora utilizan a los migrantes como escudos humanos y, a veces, como carne de cañón para sus escuadrones de sicarios.
“El reclutamiento de grupos más grandes de combatientes extranjeros es otra señal de la profundización gradual de los conflictos armados en México”, dijo Ernst. “Si no se controla, al igual que el uso de artefactos explosivos caseros, es una tendencia que se ha expandido”.
Expandirse es precisamente lo que hicieron los cárteles durante el sexenio de López Obrador, de finales de 2018 a 2024.
“Durante seis años estuvimos gobernados por las políticas de un presidente que no entendió, o que no se dio cuenta, de que lo peor que pudo haber hecho, el peor error que pudo haber cometido, fue no usar la fuerza legal contra la violencia criminal”, dijo Ibarrola, quien está convencido de que ahora la política ha cambiado.
El otro problema que enfrenta Sheinbaum es el resultado de su determinación de continuar con la estrategia de López Obrador de militarizar las fuerzas del orden mexicanas , esencialmente dándoles a los soldados una tarea para la cual no fueron entrenados.
Junto con la mezcla de inmigrantes y narcotraficantes, parece casi una receta segura para más muertes de transeúntes inocentes.
“Es un hecho que la Guardia Nacional no aplica correctamente las reglas de enfrentamiento sobre el uso de la fuerza”, dijo Saucedo. “Suelen abrir fuego antes de investigar o intentar detener a sospechosos de delitos”.
SAN JUAN, Puerto Rico (AP) — Puerto Rico aguardaba la noche del martes los resultados de una elección que será histórica independientemente de cuál de los dos principales candidatos a gobernador gane.
Si Jenniffer González del Partido Nuevo Progresista —a favor de la estatidad— gana las elecciones del martes, será la primera vez en la historia de la isla que el partido asegura tres mandatos consecutivos.
Pero si Juan Dalmau, quien se postuló por el Partido de la Independencia de Puerto Rico y el Movimiento Victoria Ciudadana, resulta victorioso, será la primera victoria para un candidato que no representa a ninguno de los dos principales partidos que han dominado la política puertorriqueña durante décadas. Si termina en segundo lugar, también hará historia al ser el primer candidato de un tercer partido en ascender hasta esa posición.
Por la noche del martes, González tenía el 40% de los votos por el 32% de Dalmau, luego de 73% de las casillas computadas, según los resultados parciales que dio a conocer la Comisión Estatal de Elecciones de Puerto Rico.
“Hasta que no se cuente el último voto, aquí nadie puede reclamar una victoria”, subrayó Dalmau.
Detrás de González y Dalmau en las encuestas está Jesús Manuel Ortiz del Partido Popular Democrático, el cual está a favor del estatus de la isla como territorio. Javier Jiménez del Proyecto Dignidad, un partido conservador creado en 2019, concedió la derrota por la noche del martes.
A primera hora del martes, miles de votantes de todo el territorio de Estados Unidos esperaban en largas filas sosteniendo paraguas, sin desanimarse por la intensa lluvia.
“Siento que por primera vez hay una oportunidad para que haya cambio”, dijo Jorge Hernández, un estudiante de artes de 24 años mientras esperaba para emitir su voto. “El bipartidismo está perdiendo fuerza. Tengo fe que puede haber un cambio real”.
Durante décadas, el Partido Nuevo Progresista y el Partido Popular Democrático recibirían al menos el 90% de todos los votos, pero eso comenzó a cambiar en 2016. Los partidos más nuevos están atrayendo más votantes en medio de la agitación económica y política, mientras que una generación más joven está denunciando la corrupción, los persistentes apagones y una falta de viviendas asequibles, entre otras cosas.
La educación, la salud y la seguridad pública también estaban en la mente de los votantes mientras se maravillaban de las largas filas a pesar de la lluvia.
“Nunca lo había visto así”, dijo Nadja Oquendo, una jubilada de 62 años.
Faviola Alcalá, una surfista profesional, dijo que estaba votando por primera vez después de registrarse en una universidad y estaba emocionada de ver la fila en su centro de votación.
“Me encanta”, dijo, agregando que le gustaría ver un rompimiento de los dos principales partidos de Puerto Rico y más oportunidades para los jóvenes.
Entre los residentes que salieron a votar sin importar la lluvia del martes por la mañana estaba la superestrella del reguetón Bad Bunny, quien ha criticado al partido pro-estadidad y hizo una breve aparición en el cierre de campaña de Dalmau el domingo.
“Confío en el pueblo de Puerto Rico de que tomemos la decisión correcta por el futuro de los nuestros”, dijo a los periodistas.
Los resultados podrían tardar un par de días
Se reportaron largas filas en varios centros de votación como resultado de unas máquinas que no estaban funcionando y otros problemas, incluidos apagones.
Algunos votantes activaron los cronómetros de sus teléfonos para ver cuánto se tardaban en votar, mientras que otros comían bocadillos y un vendedor pasaba junto a ellos gritando: “¡Agua fría! ¡Agua fría!”.
Ommy González, un barman de 25 años de edad que votaba por primera vez, llevaba una silla plegable y una botella de agua.
“Me siento bien emocionado”, comentó. “Obviamente queremos algo distinto para el pueblo”.
González dijo que quiere una economía y un sistema de educación más sólidos y criticó la persistente corrupción de la clase política: “Que dejen de coger el dinero para malgastarlo”.
Varios votantes señalaron que estaban sorprendidos de la rapidez con la que partidos nuevos y minoritarios se han convertido en graves amenazas al bastión de los dos principales partidos que han dominado la política puertorriqueña.
“No lo vi venir tan temprano, pero qué bueno”, dijo Giulianna Abreu, publicista de 33 años de edad.
Las largas filas persistieron en los centros de votación de la isla incluso después del cierre oficial de las urnas a las 5 de la tarde del martes (hora local), y las personas que estaban formadas pudieron emitir su voto. En las elecciones de 2020, tomó cuatro días para que se dieran a conocer los resultados preliminares.
Dalmau, sin embargo, comentó que creía que los resultados para la gubernatura estarían disponibles el martes por la noche: “Estamos esperanzados que este país va a dar un paso histórico”.
La Comisión Estatal de Elecciones de Puerto Rico todavía está contando los más de 220.000 votos anticipados y ausentes que recibió; el conteo de esos votos comenzó más de dos semanas más tarde de lo habitual. Jessika Padilla, la presidenta alterna de la comisión, dijo en una conferencia de prensa que alrededor del 40% de esos votos habían sido contados hasta el lunes.
“Este proceso de validación es uno que no vamos a tomar a la ligera”, dijo.
Más de 5.000 de los aproximadamente 7.400 reclusos que hay en Puerto Rico también han votado, aunque no está claro cuántos de esos votos han sido contados.
Los funcionarios también están recibiendo denuncias sobre delitos electorales, incluidas personas que dijeron haber recibido confirmaciones de votación anticipada cuando no hicieron tal solicitud.
Una pregunta sobre el estatus político y un voto simbólico
El martes, los votantes también fueron consultados por séptima vez sobre el estatus político de Puerto Rico. El referéndum no vinculante ofrece tres opciones: estadidad, independencia e independencia con libre asociación, bajo la cual se negociarían temas como asuntos exteriores, la nacionalidad estadounidense y el uso del dólar estadounidense.
“Vamos a trabajar para darle igualdad a nuestra gente”, dijo Jenniffer González del partido pro-estadidad mientras esperaba en fila para votar.
Los funcionarios del partido han señalado desde hace tiempo que, a pesar de ser un territorio de Estados Unidos, Puerto Rico recibe un trato desigual en cuanto al Medicaid, Medicare y otros programas federales.
La estatidad obtuvo el 56% de los votos, seguido por la independencia con el 32%, siendo la primera ocasión que dicha opción obtiene el segundo puesto en las consultas. Más de 110.000 papeletas fueron depositadas en blanco.
Independientemente del resultado del referéndum, un cambio de estatus requiere la aprobación del Congreso de Estados Unidos.
Algunos votantes dijeron el lunes que la estadidad es lo único que podría ayudar a sacar a Puerto Rico de su crisis.
Además, los puertorriqueños el martes pueden apoyar a Kamala Harris o Donald Trump en un voto simbólico si así lo desean. Aunque los puertorriqueños cuentan con la nacionalidad estadounidense, aquellos que viven en la isla no tienen derecho a votar en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Harris obtuvo el 73% de los votos simbólicos, por el 27% para Trump.
Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
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